Pero Él utilizaba las monedas con una función educativa. Con un denario que llevaba la imagen del César proclamó: “Dad a Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César”, fundamento del pensamiento social occidental, que da autonomía a las realidades políticas.
“El óbolo de la viuda”, signo de los pequeños donativos pero que implican una gran generosidad y riqueza espiritual, o las 30 monedas de plata que recibió el traidor Judas de parte de las autoridades del Templo, forman parte del arquetipo cultural occidental.
Estas monedas, que ayudaban a Jesús a predicar y poner ejemplos, siguen siendo hoy muy evocadoras.
Entre esas piezas se encuentran:
Foto: Moneda de Herodes Agripa I, rey de Judea del 41 al 44 d.C
Los evangelistas, al narrar los gestos y acciones de Jesús, son bastante concretos al mencionar los distintos tipos de monedas que Cristo usaba en parábolas o hechos.
Por ejemplo, en la “Parábola de la moneda perdida” (Lc 15,8-10) se habla de dracmas:
“¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, diciendo: Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que había perdido”.
La moneda que más aparece en los evangelios es el denario (hasta 14 veces) según la edición de monedas de I-deo. Aparece:
Foto: Moneda acuñada por Poncio Pilato, del 26 al 36 d.C.
Y es también la moneda que los fariseos le mostraron a Jesús, cuando le preguntaron si era lícito o no pagar el impuesto a Roma (Mc 12,15) “¿Es lícito dar tributo a César, o no? (…) Mas él, percibiendo la hipocresía de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis? Traedme la moneda para que la vea. Ellos le trajeron un denario; y les dijo: ¿De quién es esta imagen y la inscripción? Ellos le dijeron: De César. Respondiendo Jesús, les dijo: Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios”. El editor Ernesto Serigós considera que la colección que ahora se pone en venta es “un auténtico tesoro arqueológico y numismático” (son auténticas, no reproducciones), una colección única cuyo valor “aumenta con el paso del tiempo” y asegura que “incluso el propio Jesús podría haber tenido una en sus manos, y desde luego, las personas de su próximo entorno”.
Más información en: http://www.i-deo.es/colecciones.html