Cuando visito alguna ciudad me gusta pasear por sus calles siguiendo los pasos de algún personaje ilustre oriundo del lugar.
Cuando visito alguna ciudad me gusta pasear por sus calles siguiendo los pasos de algún personaje ilustre oriundo del lugar.Esto es lo que me ha ocurrido en Praga con Kafka, o en Oxford (Inglaterra) con el Cardenal Newman, J. R. R. Tolkien, y su gran amigo C.S. Lewis.
En esta ocasión, me preparo para seguir los pasos de San Pablo por la ciudad de Roma y alrededores. Conocer cuáles fueron las calles por las que paseó, las puertas de la muralla que atravesó, las personas que le rodearon, sus amigos, los rincones donde predicó, las calles por las que atravesó hasta legar al lugar del martirio, ….me parece una forma única y maravillosa de callejear- y por qué no, peregrinar- por la ciudad. Espero que lo disfruten conmigo.
Según dicen los historiadores San Pablo fue la figura más fascinante del Cristianismo, y el día en que entro en Roma fue uno de los más decisivos del género humano. Es más, como señaló Benedicto XVI, “el apóstol san Pablo, figura excelsa y casi inimitable, pero en cualquier caso estimulante, se nos presenta como un ejemplo de entrega total al Señor y a su Iglesia, así como de gran apertura a la humanidad y a sus culturas.
Así pues, es justo no sólo que le dediquemos un lugar particular en nuestra veneración, sino también que nos esforcemos por comprender lo que nos puede decir también a nosotros, cristianos de hoy.”
Presentamos a continuación los siguientes capítulos del final de la vida de Saulo de Tarso:
(Remedios Falaguera)