Martirologio Romano: En Roma, en el cementerio Mayor de la vía Nomentana, santa Emerenciana, mártir (c. s. IV).
Etimologicamente: Emerenciana = La que será recompensada, es de origen latino.
Según el Martirologio Romano y la lección del breviario de este día, Santa Emerenciana era hermana de leche de Santa Inés.
Eran, pues, de la misma edad aproximadamente, pero Emerenciana era catecúmena (cristiana conversa que aún no ha recibido el bautismo).
Dos días después del martirio de Santa Inés, Santa Emerenciana murió apedreada, cuando se hallaba orando junto a la tumba de su hermana de leche. En esa forma recibió el bautismo de sangre.
Este relato, que constituye una especie de apéndice de las "actas" de Santa Inés, no puede tomarse a la letra; pero existen pruebas de que una mártir llamada Emerenciana estuvo originalmente sepultada en el "Coemeterium majus". Dicho cementerio está un poco más distante de la Vía Nomentana que el sitio en que fue erigida la basílica de Santa Inés.
Según parece, se celebraba a Santa Emerenciana el 16 de septiembre, junto con los santos Víctor, Félix y Alejandro; pero por alguna razón, sus restos fueron trasladados posteriormente a la basílica de Santa Inés y así, la leyenda relacionó a ambas santas.
No han transcurrido aún tres días desde el martirio de Santa Inés, cuando la Liturgia, fiel en recoger todas las tradiciones, nos llama otra vez a su tumba. La Virgen Emerenciana, amiga y hermana de leche de nuestra heroína de trece años, se fué a orar y llorar al lugar donde descansaba aquella que tan rápida y cruelmente le arrebataron. Emerenciana no había sido aún regenerada por las aguas del Bautismo; era todavía catecúmena, pero su corazón pertenecía ya a Cristo por la fe y el deseo.
Mientras la joven se desahoga ante la tumba de Inés, llegan los paganos, insultan sus lágrimas y tratan de impedir los homenajes que rinde a su víctima. Entonces Emerenciana, ardiendo en deseos de unirse a Cristo y de estar cuanto antes en brazos de su dulce compañera, vuélvese hacia aquellos bárbaros, confiesa a Jesucristo, maldice a los ídolos, y les echa en cara la atroz crueldad de que han hecho víctima a la inocente Inés.
Indígnase la ferocidad pagana en los corazones de aquellos hombres esclavizados por el culto de Satanás, y en cuanto termina de hablar la joven, cae sobre el sepulcro de su amiga, sepultada bajo las piedras mortíferas que le arrojan aquellos, a quienes se ha atrevido a desafiar. Bautizada en su propia sangre, deja Emerenciana en la tierra sus sangrientos despojos, y su alma vuela hacia el regazo del Emmanuel, para gozar eternamente de sus divinos abrazos y de la amada presencia de Inés.
ver en wikipedia