En Roma, en el cementerio de Ponciano, en la vía Portuense, san Quirino, mártir.
San Quirino (o Cyrino) aparece mencionado en la leyenda de las mártires santos Mario y santa Marta (19 de enero), según la cual fue enterrado en la Catacumba de Ponciano. Sin embargo, los itinerarios medievales por las tumbas de los mártires romanos no lo mencionan.
No obstante, con la breve expresión «Romae Sancti Cyri» («en Roma [deposición de] san Cyrio») se encuentra inscripto en el Martirologio Jeronimiano del 24 de marzo, y es a éste al que alude la inscripción de hoy, puesto el 25 por unión con la primer tradición mencionada.
Su nombre aparece también en otros martirologios antiguos. En el siglo VIII las supuestas reliquias del mártir fueron trasladadas a la abadía benedictina de Tagernsee en Baviera.
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Según la passio de los santos Alejandro, Evenzio y Teódulo, no anterior a los siglos VI-VII y de muy poco valor histórico, Quirino sería el tribuno a quien se encomendaron los tres mártires tras ser apresados por orden de Trajano. Se convirtió al ver los milagros que obraron y bautizó junto a su hija Balbina, fue decapitado el 30 de marzo y su cuerpo fue enterrado en el cementerio de Pretestato.
Un mártir Quirinus está efectivamente indicado entre los de este cementerio, en spelonca magna, por los Itinerarios del siglo VII, de hecho su nombre también aparece en un epígrafe del siglo V, encontrado allí: MRV IANUARI. FEL ET GOFF QUIRINI. MAIO (RIS)
El Martirologio Jerónimo del 30 de abril anuncia "Romae en el cementerio de Praetextati vía Appia depositio Quirini episcopi". Según Delehaye, el panegírico se refiere al mártir mencionado en los Itinerarios que sólo por error fue llamado obispo por el editor influido por el recuerdo, el 4 de junio, del epónimo obispo de Siscia, que sin embargo fue colocado en el cementerio de San Sebastian en la Appia.
Adonis dio la bienvenida a Quirino en su Martirologio, corrigiendo el latercolo del Geronimo sobre la base de la pasio olvidado y trasladando la conmemoración al 30 de marzo. El elogio de Adonis pasó en Usuardo y desde aquí siempre hasta el 30 de marzo en el Martirologio Romano. Cualquiera que sea el valor de la noticia de la passio, Quirino es un auténtico mártir romano que no debe confundirse con el obispo de Siscia.
Según un documento redactado en Colonia en 1485, el cuerpo del mártir fue donado en 1050 por el Papa León IX a una abadesa de quien las fuentes; más tarde llaman a Gepa (y algunos dicen que es la hermana del Papa), de donde fue trasladado a Neuss en el Rin (aquí, sin embargo, ya alrededor del año 1000 había una iglesia dedicada a él). Hoy en día todavía se cree que esta ciudad posee las reliquias de Quirino a quien se celebra solemnemente el 30 de marzo y el 30 de abril, como principal patrón.
Durante el asedio sufrido por Neuss en 1471, la veneración del mártir alcanzó su punto máximo. Desde Neuss el culto se extendió a otros lugares germánicos, especialmente Colonia, Bélgica e Italia, donde es el santo patrón de Correggio. En Renania su nombre lo llevan pozzi (Q. Brunnen), fuentes (Q. Wasser) y un paseo especial (Q. Ritt).
Se invoca contra la podagra, la viruela y otras enfermedades y como protector de los animales. Según Pompeo Ugonio, en la Historia de las Estaciones de Roma, el cuerpo de Quirino fue trasladado en cambio a la iglesia de Santa Balbina; pero Panciroli lo ignora.
El mártir se representa como un caballero con un escudo de nueve puntas, lanza, espada, palma y un halcón.
Quirino es uno de esos mártires romanos, perteneciente a la milicia, cuyo culto en regiones alejadas de Roma se debe a la transferencia de las reliquias como regalo de los papas a ilustres soberanos y monasterios.
El santo, que según la leyenda era tribuno, está representado con aspecto de guerrero, con una rica armadura y estandarte medieval. A veces se imprimen nueve puntos en el escudo, una alusión al escudo de armas de la ciudad de Neuss, que fue el centro de su culto, que luego se extendió al Rin y los países germánicos.
En la apariencia de un joven guerrero, de hecho, vemos a Quirino, entre otras cosas, en un fresco del siglo XV en la iglesia de San Goar, donde San Vito es su compañero. Entre las atribuciones antes mencionadas cabe destacar el escudo de forma inusual, apoyado en el suelo, adornado con nueve puntas.
Quirinus también es representado a veces como un mártir, atado a un poste, atormentado por clavos y martillos, sus manos truncadas, todos los detalles de la leyenda que han alimentado la inspiración de los artistas nórdicos. Por estos sufrimientos, a Quirino se le atribuyen diversos patrocinios, como el de los enfermos de peste.
Está relacionado con la imagen de la puerta del retablo del Juicio Final, obra de Stefan Lochner, en la Pinacoteca de Múnich (siglo XV). Dado que el culto a Quirino tuvo su máxima difusión a partir del siglo XI, el fresco de la cripta de San Gereone en Colonia pertenece al siglo XII, mientras que en la iglesia de San Cuniberto de la misma ciudad el santo está representado en un retablo.
Otras representaciones, incluidas las relativas al martirio, se pueden encontrar en la vidriera de la Wiesenkirche de Soest en Westfalia (siglo XV) y en una serie de escenas talladas en la sillería del coro de la iglesia parroquial de Calcar. ( Maria Chiara Celletti)