Lugar de genuina belleza, conserva la riqueza de tradiciones seculares. El rumor del agua corre sin descanso desde la fuente que constituye el centro del asentamiento monástico.
Este ruido proviene de la fuente que se llama Ein Qamis y nos recuerda la historia de un ermitaño, traducida como “fuente del ermitaño”.
En el gran bloque de piedra, una gruta recuerda otros acontecimientos de la vida de San Juan Bautista.
"Esta es una gruta natural que con el tiempo se ha alargado. La tradición cuenta que en esta gruta, Santa Isabel se escondió con su hijo Juan, que se convertirá en el Bautista, de la persecución del rey Herodes. Vemos un fresco reciente, de 2004, realizado por frailes de Italia, y representa el momento en que Juan fue ocultado por su madre Isabel."
En la vigilia de la fiesta de San Juan, la campana suena anunciando el inicio de la celebración.
De Jerusalén, de Ein Karem y alrededores llegan fieles para participar en la oración de vísperas presidida por Fr. Dobromir Jasztal, vicario custodial, junto a franciscanos y religiosos de las comunidades locales.
Todos se dirigen en procesión hasta la gruta donde se proclama el Evangelio según San Lucas que narra la misión de Juan Bautista: “Como está escrito en el libro del profeta Isaías. Voz que clama en el desierto: Preparad el camino al Señor, enderezad sus senderos…”
En su reflexión, Fr. Dobromir, vicario custodial de la Custodia de Tierra Santa, subrayó dos aspectos que hacen referencia a la figura de San Juan y su misión.
Primero, el lugar, el ambiente en el que desarrolló su misión y la gente de la que se rodeó. Segundo, el contenido del mensaje que dirigió a sus contemporáneos, pero que continúa dirigiéndonos a cada uno de nosotros.
San Juan, en primer lugar, nos invita a la conversión. Nos indica el único camino eficaz para poder hacer sitio al Señor, para poderlo acoger. El segundo aspecto es el que hace referencia al contenido. El mismo Juan se convierte en una voz en el desierto: preparad el camino al Señor.
Esta invitación a preparar el camino al Señor no indica hacer una acción que facilite el paso del Señor junto a nosotros, sino que quiere decir comprometerse espiritualmente, con el corazón, para preparar el lugar donde acoger al Señor, no dejarlo pasar junto a nosotros, sino acogerlo dentro de nosotros, en nuestra vida y en nuestra existencia.
Fr. Dobromir tiene un fuerte vínculo con este lugar, situado lejos de la ciudad. Hoy ya no se considera zona desértica, porque entorno a él hay abundante vegetación. “Quien viene aquí —explica el vicario custodial— puede desprenderse no solo del ruido de la ciudad, sino también de todas las preocupaciones, el peso de la vida diaria, para dedicarse, abrirse a la escucha de la palabra de Dios, a lo que esta palabra quiere comunicarnos a cada uno de nosotros.
En la solemnidad del Santo, el jueves 24 de junio, la misa fue celebrada en la iglesia de la Natividad de San Juan Bautista, en el lugar indicado como la casa de Zacarías. En 1485 los franciscanos descubrieron la capilla de la Natividad del Bautista.