San Fermín, obispo de Amiens y mártir - 25 de septiembre

San Fermín - martirio

Martirio de  San Fermín o Ferminio, obispo de Amiens y mártir

Originario de Pamplona, España, Fermín (o Firmino) nació en una familia pagana pero creció con un sacerdote que lo educó en el cristianismo. Evangelizador de Francia, se convirtió en obispo de Amiens y fue arrestado durante las persecuciones. Negándose a abjurar, fue martirizado entre 290 y 303.

 

Aunque en Pamplona, San Fermín es venerado el día 7 de julio, en Amiens se le venera el 25 de septiembre, fecha de su martirio.

De San Fermín obispo mártir poseemos las “Actas”, que según los bolandistas están datadas entre finales del siglo V a principios del VI, aunque poniendo “en cuarentena” algunos de los datos que en ella se dicen. Sin embargo, es necesario conocer los elementos principales de esta leyenda, ya que algunos episodios han servido como motivos de decoración escultórica en la propia iglesia catedral de Amiens.

Fermín sería originario de una noble familia hispana residente en lo que hoy es Pamplona, siendo hijo de Fermo y Eugenia que eran paganos pero que se convirtieron al cristianismo cuando San Saturnino de Tolosa estuvo predicando por aquella zona.

 

De Rowanwindwhistler - Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=41262588

 

 

El hijo mayor, Fermín, fue puesto bajo la tutoría del sacerdote Honesto, quién lo bautizó y lo instruyó en la fe cristiana. Posteriormente, Honorato de Tolosa lo ordenó de sacerdote y posteriormente, de obispo. Y aquí aparece la primera contradicción, ya que en el elenco de los obispos de Tolosa no consta ningún Honorato.

Fermín se mantuvo en su ciudad natal – y de ahí nace la tradición que lo hace primer obispo de Pamplona -, y posteriormente se dedicó a evangelizar algunas regiones de las Galias, como Aquitania, Alvernia y otras del noreste francés. Dicen las actas que a pesar de la resistencia encontrada en los sacerdotes paganos, consiguió numerosísimas conversiones y como consecuencia de esto, fue arrestado por el gobernador romano Valerio, que lo golpeó con palos, pero que lo dejó en libertad.

Finalmente se estableció en “Samobriva Ambianorum” (la actual Amiens) donde durante algunos años siguió ejerciendo su labor apostólica, convirtiendo a muchas gentes del pueblo e incluso a algunos nobles, entre ellos al senador Faustiniano. Los magistrados Longulo y Sebastián lo hicieron encarcelar y lo invitaron a que abjurase de la fe, pero Fermín se mantuvo firme, por lo que los magistrados, a fin de no suscitar una rebelión popular, decidieron decapitarlo en secreto en la cárcel un 25 de septiembre.

Fermín tendría algo más de treinta años cuando murió y su cuerpo fue recuperado por Faustiniano, quién lo sepultó en la localidad de Abdalène, en el lugar donde hoy se erige una iglesia en honor de San Aqueolo.

 

 

Según estos datos, Fermín habría vivido en la segunda mitad del siglo III, por lo que algunos proponen como fecha del martirio el año 290, en tiempos de Diocleciano, pero antes de que Constancio Cloro gobernase en las Galias. Sin embargo esta fecha es un tanto problemática, ya que en ese año y en los siguientes no hubo persecuciones en las Galias, salvo que Fermín fuera víctima de la actuación de algún magistrado en concreto y no víctima de la aplicación de un edicto imperial.

La ciudad de Pamplona lo tiene como co-patrón junto a San Saturnino de Tolosa y en ella goza de un culto muy solemne y muy popular, del que por primera vez tenemos constancia en el año 1186, cuando el obispo Pedro II recibió desde Amiens reliquias de San Fermín, reliquias que aun se conservan y que son sacadas en procesión en su festividad del 7 de julio.

En el año 1217 ya tenía un altar dedicado en la catedral pamplonica y ya se celebraba su fiesta con una octava. En el 1332 se le compuso un Oficio litúrgico propio, que posteriormente fue desarrollado en los breviarios escritos en ese año y en los años 1383 y 1440.

El Papa Sixto V aprobó en el 1587 nueve lecciones propias para el Oficio de Maitines y su fiesta se celebraba el 10 de octubre; posteriormente, en el 1590 fue trasladada al 7 de julio, haciéndolo extensiva a toda España. El Papa Alejandro VII, el 14 de abril del 1657, declaró a San Fermín y a San Francisco Javier patronos principales de Navarra.

En la ciudad de Pamplona, actualmente sigue teniendo una capilla en la catedral y otra en la iglesia de San Lorenzo, que según la tradición, está construida en el solar que ocupaba la casa nativa del santo. Las fiestas de San Fermín en Pamplona son mundialmente conocidas y tienen un marcado carácter folklórico.

San Fermín figuraba en las letanías medievales de los santos. En Amiens, antiguamente, se le dedicaban cinco fiestas: el 13 de enero (la invención de las reliquias), el 25 de septiembre (el martirio), el 2 de octubre (la octava), el 10 de octubre (su llegada a Amiens) y el 16 de octubre (la reposición de sus reliquias). En el Medievo fue invocado como protector de los toneleros, de los mercaderes de vino y de los panaderos, y a él se recurría cuando se padecían las enfermedades del escorbuto y de la erisipela.

 

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