BenedictoXVI considera que el auténtico cristiano es quien permite a los demás entrar en contacto personal con Cristo y vivir con Él. Fue la conclusión a la que llegó en la audiencia general del miércoles 6 de septiembre de 2006, celebrada en la plaza de San Pedro con la participación de unas 25.000 personas, dedicada a presentar la figura de uno de los doce apóstoles de Jesús, Felipe.
La reflexión del Papa, que continúa con una serie de perfiles de los doce apóstoles, repasó los momentos en los que aparece en los cuatro Evangelios, deteniéndose en el diálogo en el que Felipe presenta a Natanael a Jesús como el Mesías anunciado por los profetas».
Ante la respuesta escéptica de Natanael --«¿De Nazaret puede haber cosa buena?»--, Felipe respondió «Ven y lo verás».
«Con esta respuesta, seca pero clara, Felipe demuestra las características del auténtico testigo --comentó el obispo de Roma--: no se contenta con presentar el anuncio como una teoría, sino que interpela directamente al interlocutor, sugiriéndole que él mismo haga la experiencia personal de lo anunciado».
Según el Papa, san Felipe «nos interpela con esos dos verbos que suponen una participación personal. También a nosotros nos dice lo que le dijo a Natanael: “Ven y lo verás”».
«El apóstol nos compromete a conocer a Jesús de cerca. De hecho, la amistad, conocer verdaderamente al otro, requiere cercanía, es más, en parte vive de ella».
«No hay que olvidar que, según escribe Marcos, Jesús escogió a los doce con el objetivo primario de que “estuvieran con él”, es decir, de que compartieran su vida y aprendieran directamente de Él no sólo el estilo de su comportamiento, sino ante todo quién era Él realmente».
«Sólo así, participando en su vida, podían conocerle y anunciarle», subrayó.
Para el cristiano, «lo importante no es sólo ni sobre todo escuchar sus enseñanzas, sus palabras, sino conocerle a Él personalmente, es decir, su humanidad y divinidad, el misterio de su belleza».
«Él no es sólo un Maestro, sino un Amigo, es más, un Hermano. ¿Cómo podríamos conocerle si estamos lejos de Él? La intimidad, la familiaridad, la costumbre, nos hacen descubrir la verdadera identidad de Jesucristo».
«Esto es precisamente lo que nos recuerda el apóstol Felipe. Por eso, nos invita a “venir” y a “ver”, es decir, a entrar en un contacto de escucha, de respuesta y de comunión de vida con Jesús, día tras día».
«Podemos decir que Dios asumió un rostro humano, el de Jesús, y por consiguiente a partir de ahora, si realmente queremos conocer el rostro de Dios, ¡sólo nos queda contemplar el rostro de Jesús! ¡En su rostro vemos realmente quién es Dios y cómo es Dios!», siguió diciendo.
El Papa concluyó su reflexión «recordando el objetivo hacia el que debe orientarse nuestra vida: encontrar a Jesús, como lo encontró Felipe, tratando de ver en Él al mismo Dios, Padre celestial».
«Si falta este compromiso, nos encontraremos sólo con nosotros mismos, como en un espejo, ¡y cada vez nos quedaremos más solos! Felipe nos invita en cambio a dejarnos conquistar por Jesús, a estar con Él y a compartir esta compañía indispensable». «De este modo,viendo, encontrando a Dios, podemos encontrar la verdadera vida».