CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 3 octubre 2007
«La fe cristiana es ante todo encuentro con Jesús, una persona que da a la vida un nuevo horizonte», explicó el Papa a los 40 mil peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano en un día prácticamente veraniego.
«Jesús entró en el tiempo con el nacimiento de María, la “Theotòkos”, y estará siempre con nosotros, según su promesa», siguió asegurando el Papa al recoger las enseñanzas de Cirilo, conocido por las Iglesias de Oriente como «custodio de la exactitud», es decir, de la verdadera fe.
«Y esto es importante --concluyó el pontífice--: Dios es eterno, nació de una mujer y sigue con nosotros cada día. En esta confianza vivimos, en esta confianza encontramos el camino de nuestra vida».
La catequesis fue una prueba del aprecio que los Papas, y en particular Benedicto XVI, sienten por la tradición teológica de los cristianos orientales, que hoy en su gran mayoría son ortodoxos.
Padres de la Iglesia de Oriente, como san Cirilo, aclaró, muestran «que tanto la tradición oriental como la occidental expresan la doctrina de la única Iglesia de Cristo».
Con su llegada al Vaticano para participar en la audiencia, Benedicto XVI ha dejado definitivamente la residencia pontificia de Castel Gandolfo, donde ha transcurrido la mayor parte del verano desempeñando sus actividades ordinarias.
(ZENIT.org).-