Nada sabemos sobre su vida anterior al año 596, en que dio comienzo a su gran empresa, sino que era monje y prior en el monasterio de San Andrés, que San Gregorio Magno había fundado en Roma.
En el año 596, estando en el trono Brunequilda, escoge al abad Agustín, bien conocido por la solidez de sus virtudes y su espíritu ardiente y emprendedor, para que, acompañado de un buen número de monjes misioneros, acometiera aquella gloriosa empresa de la conversión de Inglaterra. Escogidos, pues, los treinta y nueve monjes que debían acompañarle, partieron en la primavera del año 596 para Francia en dirección a la Gran Bretaña.
Llegados a la Provenza, se detuvieron unos días en el célebre monasterio de Lerins, donde fueron magníficamente acogidos por su abad Esteban, el obispo de Aix. Allí les hablaron de las dificultades de inglaterra y de los peligros, cundió el miedo, y Agustín se vio forzado a volver a Roma. Allí fueron instados por el Papa San Gregorio Magno a volver a iniciar la misión de evangelizar Gran Bretaña. De esta forma volvieron a ponerse en camino.
En la primavera del año 597 San Agustín de Inglaterra, con el ejército de monjes que le acompañaban, desembarcaba en la isla de Thanet. Allí acudió el rey Ethelberto a su llamada, los misioneros aparecieron ante él llevando por delante una gran cruz y recitando procesionalmente las letanías. Impresionado el rey, concedió la petición que se le hacía de que se les concediera amplia libertad para predicar el Evangelio.
Agustín y sus compañeros pusieron al punto manos a la obra. Dirigiéronse a Dorovernum o Cantorbery, capital de la provincia o reino de Kent, y allí junto a la capilla de San Martín, establecieron su primera residencia e iniciaron la predicación. La primera conversión insigne fue la del mismo rey, ya preparada por la suave influencia de su cristiana esposa y el trabajo paciente de su capellán. Después de instruido convenientemente, el 2 de junio del año 597, recibió las aguas del bautismo.
El celo apostólico de San Agustín recibía su primera recompensa ne las navidades del año 597, ya que hubo una conversión en masa, unas 10.000 personas se bautizaron.. Con esto quedaba él consagrado como el apóstol de los anglosajones, el apóstol de Inglaterra. Mas tarde, en el 601 el papa le dio el Palio arzobispal por su gran obra misionera, nombrándole ademas como primado de todas las iglesias de Inglaterra.
En el año 601 hubo una asamblea entre San Agustín y los obispos y literatos bretones, representantes de su pueblo. San Agustín se presentó como legado pontificio, y pidió únicamente estas tres cosas: que renunciaran a su cómputo pascual; que siguieran el rito romano en la celebración del bautismo, dejando un conjunto de ceremonias especiales usadas entre ellos, y que trabajaran con los romanos en la evangelización de los anglosajones. Fue imposible llegar a un acuerdo.
Al morir San Agustin el 27 de mayo del 604 le sucedió su discípulo predilecto Lorenzo, consagrado por élpoco antes de morir.
No era muy grande la extensión alcanzada por las conversiones anglosajonas, pero la semilla estaba echada. La encarnizada oposición entre los bretones y los anglosajones continuó durante largos años, hasta que, al fin, en el año 664 se llegó a la definitiva unión.