La situación es tan límite que la pequeña presencia de la Iglesia católica se ve abocada a la desaparición, como ha afirmado Cáritas Italia: “Los poquísimos sacerdotes, religiosas y religiosos que se encuentran en Kabul se están preparando para un retorno obligado”.
¿Quiénes son los cristianos de Afganistán y qué misión viene desarrollando allí la Iglesia católica? Según recoge el Informe Libertad Religiosa en el Mundo 2021, de ACN, la Iglesia católica está presente en Afganistán en forma de Misión "Sui Iuris" con sede en la embajada italiana de Kabul, donde se encontraba la única iglesia reconocida en el país. Actualmente esta embajada está cerrada. El superior y único sacerdote de esta misión es el misionero barbanita Giovanni Scalese. Los jesuitas están presentes a través del Servicio Jesuita de Refugiados, para sostener proyectos de emergencia para los más desfavorecidos.
🔴📢Sacerdotes y religiosos se preparan para abandonar #Afganistán: “es una pequeña pero significativa comunidad”
› La Iglesia católica está presente en el país desde su independencia, hace más de 100 añoshttps://t.co/skPGIAjwHQ
— Ayuda a la Iglesia Necesitada (@AyudaIglesNeces) August 25, 2021
Respecto a las órdenes religiosas, hay tres hermanitas de Jesús dedicadas a la asistencia sanitaria; cinco hermanas de las Misioneras de la Caridad que atienden a niños huérfanos discapacitados, niñas abandonadas, y proporcionan ayuda a 240 familias pobres; y tres hermanas de la comunidad intercongregacional Pro Bambini di Kabul («Por los Niños de Kabul») que cuidan de 40 niños discapacitados. La esperanza de la Iglesia local es que se llegue a un acuerdo de paz y que se evite una guerra civil o que el país se convierta en un refugio de yihadistas. También se espera poder llegar a un acuerdo para que al menos las ONG presentes en el país, entre ellas las organizaciones católicas, puedan continuar su labor.
El Papa Francisco, el pasado 15 de agosto, tras la toma de Kabul por los talibanes pidió: “Os ruego que recéis conmigo al Dios de la paz para que cese el ruido de las armas y se encuentren soluciones en la mesa del diálogo. Sólo así la población martirizada de ese país hombres, mujeres, ancianos y niños podrá regresar a sus hogares y vivir en paz y seguridad con pleno respeto mutuo”. El Santo Padre también destacó que en Afganistán “la comunidad cristiana es una pequeña pero significativa comunidad que en los últimos años ha dado testimonio con su atención a los más pobres y frágiles”
Se estima que en Afganistán hay entre 10.000 y 12.000 cristianos, la mayoría de ellos protestantes y conversos del Islam, según recoge la ONG International Christian Concern (ICC), “lo que lo convierte en el grupo minoritario religioso más grande del país. Sin embargo, debido a la persecución extrema, la comunidad cristiana permanece en gran parte encerrada y oculta a la vista del público”. Esta ONG afirma que para la Iglesia clandestina de ese país asiático “el regreso de los talibanes al gobierno ha llenado de miedo e incertidumbre a muchos. Si bien los talibanes han anunciado una amnistía general, líderes cristianos temen que los bautizados sigan siendo el objetivo de los combatientes talibanes que patrullan las calles de Kabul y otras ciudades”.
Afganistán es considerado en el Informe Libertad Religiosa de ACN uno de los países que más ataca a la libertad religiosa. La sharia o ley islámica es la fuente del derecho, la educación islámica es obligatoria y la apostasía o la blasfemia estaban penadas con condena a muerte. Todo esto venía recogido ya en la constitución afgana.
La tradición recoge que el apóstol Tomás pasó por el actual Afganistán en su viaje evangelizador hacia la India. Si hubo una primera presencia cristiana en el territorio en los primeros siglos del cristianismo, esta fue eliminada por el avance del Islam y los numerosos imperios que controlaron la región como los persas, selyúcidas y otomanos.
Cáritas, el servicio socio-caritativo de la Iglesia Católica, está presente en Afganistán desde 1990. Los jesuitas mantienen su misión de apoyo a refugiados y personas más desfavorecidas, a través del Servicio Jesuita de Refugiados, presentes en el país desde 2002. Las Misioneras de la Caridad desarrollan su labor en Kabul desde 2006 a favor de niños huérfanos y discapacitados.