Es el momento en el que se alza una enorme cruz cerca de Teleskuf, uno de los pueblos de la llanura del Nínive invadido por los yihadistas del ISIS durante años
De aquí procede el padre Karam que ahora estudia en Italia gracias a una beca. De hecho, estaba a punto de viajar a Europa cuando llegó el ISIS a las puertas de su casa.
"Presidí mi última misa en mi pueblo para despedirme de mis parroquianos. Era domingo. A las pocas horas supimos que estaban muy cerca de nosotros y que teníamos que irnos”.
Todo su pueblo pudo huir antes de que llegaran los yihadistas. Y aunque tuvieron que dejar todo atrás hay algo que nunca perdieron por el camino y que ha alimentado su esperanza mientras han vivido lejos de sus hogares.
"Cuando veo a mis parroquianos veo que no están tan tristes. Sienten el dolor de haberlo perdido todo pero el haber salvado su fe les ha dado felicidad, esperanza, confianza en Dios en cuyas manos nos hemos sentido siempre”.
El padre Karam dice que la llegada del ISIS es el último episodio de una larga serie de brotes de violencia contra los cristianos. Él mismo pudo comprobar el grado de destrucción que causaron los terroristas en su pueblo.
Pero la vida ha vuelto aquí gracias a 250 familias que han regresado tras la liberación. Y con ellas las ceremonias cristianas celebradas aún hoy en día en la misma lengua que hablaba Jesús.
"Los extremistas vinieron para borrarnos de nuestra tierra, para eliminar nuestra existencia de nuestra tierra. Pero damos gracias a Dios porque hemos podido escapar vivos, huir llevándonos nuestra fe”.
La llanura del Nínive está siendo liberada poco a poco por las fuerzas iraquíes y kurdas pero la gran pregunta para los cristianos es, no solo si podrán volver a sus casas, sino cómo será a partir de ahora la vida con sus vecinos musulmanes.
"Tenemos que perdonarlos pero no podemos olvidar que ellos también tienen que dar un paso adelante. Consideramos que han destruido nuestra confianza, porque los que eran nuestros vecinos, son los primeros que nos han traicionado. Son los que han venido a robar nuestras casas, son los que han guiado al ISIS hasta nosotros. Nos es difícil volver a vivir como antes pero tenemos que trabajar para conseguirlo porque somos cristianos. Tenemos que reconstruir esta confianza aunque sea muy, muy difícil”.
Ese será uno de los principales retos del Irak post-ISIS. Otro el de proteger a las minorías religiosas para que nunca más vuelvan a ser víctimas de otro genocidio como este.