Estas son las catacumbas de Domitilla, las catacumbas más grandes de Roma. Tienen 12 kilómetros de longitud y más de 70 frescos que han sido restaurados con láser para revelar su auténtica belleza
El terreno de las catacumbas perteneció a una mujer llamada Flavia Domitilla, miembro de la familia imperial y sobrina de Domiciano. El emperador la deportó como castigo por sus simpatías hacia el cristianismo, pero ella antes de marcharse regaló el terreno para enterrar a los cristianos.
"La Basílica de Domitilla la descubrió Giovanni Batista de Rossi en el siglo XIX, pero ya eran conocidas desde el siglo XVI por Antonio Bosio, el primer explorador de las catacumbas romanas. En el siglo XVIII robaron algunas pinturas, pero luego se reconstruyó la basílica”.
Los mártires Nereo y Aquileo también están representados en esta basílica, justo a la derecha del altar. La mayoría de las tumbas están bajo la basílica, a cuatro pisos bajo tierra.
"Decimos que las catacumbas de Domitilla son las catacumbas más grandes de Roma. La mayor parte son nichos, pero hay también algunas habitaciones, llamadas cubículos, que están decoradas con frescos. Por eso estas catacumbas son muy ricas. Los frescos nos muestran escenas paganas, pero también escenas cristianas del Nuevo Testamento”.
Los frescos representan escenas como la Última Cena y a discípulos de Cristo... Pero no por el arte, sino por quienes descansaban aquí, muchos cristianos intentaban que sus restos estuvieran para siempre en este lugar.
"Todos querían ser enterrados cerca de los mártires. Todos los cristianos querían estar cerca de los mártires porque pensaban que el que estaba cerca de ellos también estaría en el Paraíso”.
Siglos después, Roma aún reconoce estas catacumbas y la memoria de quienes descansan en ella. Estas catacumbas son un recuerdo de su valentía en las persecuciones que aún da vida a los cristianos.