«Me lo dijo Dios». Con estas palabras el Papa emérito Benedicto XVI habría explicado su decisión de renunciar al Pontificado. La reconstrucción de una entrevista privada con una persona que visitó a Ratzinger hace algunas semanas. Lo indicó, manteniendo el anonimato de esta persona, la agencia católica “Zenit”.
«Después de alrededor de seis meses del anuncio que sorprendió al mundo –escribió Zenit– la decisión de Ratzinger de vivir escondido del mundo todavía suscita reflexiones e interrogantes. Alguien tuvo el privilegio de escuchar de los labios del Papa emérito los motivos de esta decisión. A pesar de su vida de clausura, Ratzinger concede (esporádicamente y solo en determinadas ocasiones) algunas visitas privadas» en el ex convento Mater Ecclesiae del Vaticano, que se convirtió en su morada.
Durante estos encuentros, el ex Pontífice «no comenta, no revela secretos, no hace declaraciones que podrían pesar como “las palabras del otro Papa”, sino que mantiene la reserva que siempre lo ha caracterizado. Al máximo hace observaciones, satisfecho, sobre las maravillas que el Espíritu Santo está haciendo con su sucesor, o habla sobre sí mismo, sobre su decisión de renunciar, que fue una inspiración recibida de Dios».
«Me lo dijo Dios», fue la respuesta del Pontífice emérito a la pregunta sobre la razón de su renuncia al trono de Pedro. Ratzinger habría después precisado que «no se trató de ningún tipo de aparición o fenómeno del tipo; más bien fue una “experiencia mística” en la que el Señor hizo que naciera en su corazón un “deseo absoluto” de permanecer a solas con Él, recogido en la oración». Según la fuente de Zenit, esta experiencia mística habría durado varios meses, «aumentando cada vez más ese enhelo de una relación única y directa con el Señor. Además, el Papa emérito –escribe Zenit– reveló que entre más observa el “carisma” de Francisco, más comprende que su decisión fue la “voluntad de Dios”».
Así pues, Ratzinger no solo estaría más que convencido de la oportunidad de su elección, que hizo discutir mucho entre sus colaboradores más cercanos, sino que también estaría muy contento al ver lo que su sucesor está haciendo. En una entrevista anterior con un académico alemán, Benedicto XVI ya había hablado de la sintonía desde el punto de vista teológico con su sucesor Francisco. Este último, por lo demás, no deja pasar ninguna ocasión para manifestar públicamente la veneración por su predecesor, de cuyo consejo no quiere privarse de ninguna manera».