El Papa se reunió el pasado Jueves en el Vaticano con los Patriarcas de Alejandría de los Coptos y de Babilonia de los Caldeos, además de los representantes pontificios en la Tierra Santa y en Siria, el Obispo auxiliar del Patriarca de Jerusalén y el Custodio de la Tierra Santa. Francisco recordó que «a nosotros, los creyentes, junto con la solidaridad concreta, se nos pide la oración constante y confiada para que el Señor conceda la deseada paz» a los territorios devastados por la violencia.
«Quisiera desde lo más profundo de mi corazón lanzar un llamamiento a los responsables de los pueblos y de los organismos internacionales, a los creyentes de todas las religiones y a los hombres y mujeres de buena voluntad –concluyó– para que se ponga fin a cualquier dolor, violencia, discriminación religiosa, cultural y social».
El Papa además pidió no olvidar a los «prófugos y a los refugiados» y «hacer todo lo posible para aliviar las graves necesidades de las poblaciones afectadas, en particular de las poblaciones sirias, como de los prófugos y de los refugiados cada vez más numerosos». Papa Francisco lanzó su llamado durante la audiencia a los que participaron en la asamblea de la Reunión de las obras de ayuda para las Iglesias orientales (Roaco).
Para orar al Dios cristiano no son necesarias muchas palabras, es suficiente «padre» que es una palabra «fuerte» y que no debe atemorizarnos. Para orar al Padre, es necesario tener los corazones en paz con nuestros hermanos: «Padre nuestro» quiere decir que no somos hijos únicos. La oración no es ni «magia» ni invocación de «un Dios cósmico».
Lo dijo el Papa durante la homilía de la Misa matutina en la Capilla de la Casa Santa Marta, en la que participaron algunos colaboradores de la Congregación para la educación católica, según indicó la Radio Vaticana. «Nosotros creemos –recordó– en un Dios cercanísimo a nosotros», no en un «Dios cósmico». Jesús, indicó, nos da inmediatamente un consejo en la oración: «no desperdiciar palabras, no hacer ruido», «el ruido de la mundanidad, los ruidos de la vanidad».
Hay algunos, prosiguió, que me dicen que cuando van con un «brujo» les dice muchas palabras para curarlos. Pero eso «es pagano». Nosotros, nos enseña Jesús, «no debemos ir con muchas palabras hacia Él», porque «Él sabe todo».
Orar al «dios cósmico», observó el Papa, es una «modalidad politeísta que lelga con esta cultura “light”; ¡Tú debes orar al Padre! Es una palabra fuerte, “Padre”. Tú debes orar a aquel que te generó, que te dio la vida, a ti. No a todos: a todos es demasiado anónimo. A ti. A mí. Y también a aquel que te acompaña en tu camino: conoce toda tu vida. Todo: lo que es bueno y lo que no es tan bueno. Conoce todo. Si no comenzamos la oración con esta palabra, no dicha con los labios, sino dicha con el corazón, no podemos orar en cristiano».