Más de 50 hectáreas de terreno minado han impedido durante casi medio siglo el acceso de miles de fieles a siete iglesias cristianas en la zona del río Jordán donde se cree que Jesús fue bautizado. Gracias a donaciones y el trabajo de una fundación británica eso está por cambiar.
La región, conocida como Qaser al-Yahud (Castillo de los Judíos en árabe), quedó fuertemente minada y llena de otros explosivos tras la Guerra de los Seis Días, en 1967, en la que se enfrentaron Israel, el actual Egipto (entonces conocido como la República Árabe Unida), Jordania y Siria.
La fundación británica HALO ha realizado trabajos de desminado en diversas partes del mundo, desde Colombia hasta Afganistán. En 1997 alcanzó notoriedad en los medios de comunicación, cuando la Princesa Diana de Gales visitó uno de los lugares en los que trabajaban, en Angola.
HALO, que ya cuenta con el permiso de las autoridades israelíes, jordanas y religiosas, lleva dos años trabajando en la zona y estima que para cuando la región esté limpia de minas y otros dispositivos explosivos, será visitada cada año por más de 300 mil turistas y peregrinos.
Los templos que se encuentran en la región pertenecen a la Iglesia Católica y a las Iglesias ortodoxas copta, etíope, griega, rumana, siria y rusa. Un terreno de la iglesia anglicana también se encuentra en la zona.
El Custodio de Tierra Santa, el sacerdote franciscano Pierbattista Pizzaballa, señaló que “esperamos con ansias el día en el que, gracias a HALO, podamos celebrar el Sacramento del Bautismo de Cristo en paz”.
Uno de los templos en la región es precisamente franciscano. “La iglesia franciscana tiene una larga tradición de alabanza en el Qaser al-Yahud, en particular en la Epifanía”, dijo el P. Pizzaballa.
“Aunque continuamos haciéndolo hoy, nuestro acceso ha sido limitado debido al fatal legado de las minas terrestres”, señaló el Custodio de Tierra Santa.
Por su parte, James Cowan, director ejecutivo de HALO señaló que esta fundación “ha realizado operaciones de desminado en Cisjordania por dos años. Durante este tiempo hemos cerrado las brechas religiosas, culturales y políticas”.
“Considero que la remoción de minas en este sitio emblemático beneficiará en un futuro a toda la humanidad”, dijo.
De acuerdo a HALO, el desminado de la región costará alrededor de 4 millones de dólares, por lo que hizo un llamado a las congregaciones y fundaciones en todo el mundo que puedan colaborar económicamente en esta labor.