Los obispos se reúnen con el Primer ministro del Punjab, pero los grupos radicales islamitas preparan una expedición para vengar a los musulmanes linchados
Casos como los de Gojra y Shantinagar (ciudad en la que en el pasado miles de musulmanes atacaron y devastaron los barrios cristianos, asesinando a muchos inocentes) todavía están en la memoria de la población. Mucho más cercano en el tiempo, y en el espacio, es el ataque contra la Joseph colony de Lahore, asentamiento cristiano que fue devorado por las llamas cuando una multitud de 3 mil radicales islamitas encendió el fuego en 2013; fue una especie de «castigo colectivo» pues en ese lugar vivía un cristiano acusado de blasfemia.
Hoy se teme que ese trágico guión se repita: según fuentes locales, grupos musulmanes radicales están preparando la venganza en contra de los cristianos de Youhanabad, el poblado barrio en la periferia de Lahore en el que se levantan las dos Iglesias (una católica y otra protestante) que fueron atacadas el pasado domingo 15 de marzo por dos kamikazes talibanes.
Los radicales pretenderían vengarse por lo que sucedió después de la masacre: la multitud de cristianos linchó a dos musulmanes considerados cómplices de los terroristas. Tal vez se trataba de dos inocentes.
Aquel acto de barbarie fue censurado por los líderes religiosos y civiles: los obispos católico y protestante de Lahore, Sebastian Shaw e Irfan Jamil, recordaron que la respuesta cristiana es la oración. Las autoridades políticas, como el ministro del Interior, Khan, no dudaron en comparar el linchamiento con los actos terroristas.
Lo que es un hecho es que la rabia ha estallado entre los musulmanes. En las mezquitas que se encuentran cerca del barrio de Youhanadab, grupos de activistas han comenzado a instigar a la venganza. Grupos de radicales con frazadas verdes deambulan por los alrededores del barrio, como si estuvieran estudiando el terreno y eligiendo los objetivos.
«Tememos una expedición punitiva que podría tener consecuencias desastrozas», dijo a Vatican Insider Haroron Barkat Masih, responsable de la Masihi Foundation que opera an Lahore y en Islamabad en el campo de la educación con proyectos que promueven el desarrollo social de las comunidades cristianas locales. «La gente de Youhanabad tiene miedo y algunas familias ya comenzaron a abandonar sus casas por temor de una inminente agresión», refirió.
Justamente para tratar de frenar lo que podría degenerar en una “guerra civil” entre cristianos y musulmanes, alimentada por una serie interminable de venganzas, los obispos y una delegación de líderes civiles y religiosos se reunieron con el Primer ministro del Punjab, Shahbaz Sharif, para mandar a la ciudadanía un mensaje de tolerancia y armonía.
«Todo el país está dolido por la tragedia de Youhanabad, que es un intento de dividir la nación y crear desórdenes en la sociedad», dijo Sharif. También expresó «profunda simpatía y solidaridad hacia los hermanos cristianos» y acusó a los terroristas de querer «destruir la paz y la armonía». En contra del terrorismo urge «una absoluta unidad por parte de los líderes políticos, militares y religiosos, además de un plan de acción unánime», insistió.
Por otra parte, también fue unánime la condena por el linchamiento tras la masacre. «Actos de crueldad que no quedarán sin castigo», prometió Sharif. Al respecto, los obispos Sebastian Shaw e Irfan Jamil firmaron una declaración conjunta garantizando su absoluta cooperación con la investigación en curso, «para verificar lo sucedido y detener a los responsables de tal acto inhumano». Los cristianos quieren ser «una presencia que contribuya a la estabilidad y a la paz en el país», dijeron.
Mientras tanto, en Islamabad, el tribunal de primer grado se negó a conceder la libertad bajo fianza para los 35 manifestantes cristianos que fueron arrestados el domingo pasado en Lahore durante las protestas.
La comunidad cristiana estátratando de conducir a los fieles para que superen los sentimientos de rabia y de frustración. La asociación cristiana Life for All recuerda: «Estamos viviendo el tiempo de la Cuaresma, en el que se debe practicar de manera especial el perdón y el sacrificio. Debemos permanecer tranquilos y dirigirnos constantemente a Cristo: el hombre inocente golpeado, humillado y crucificado que no reaccionó, sino que fue como un cordero frente a sus perseguiodres».