San Ignacio de Antioquía |
La más venerable literatura cristiana está integrada por un grupo de escritores en lengua griega, de los siglos I y II, a los que se conoce con el nombre de «Padres Apostólicos». Este título expresa sus características peculiares: la antigüedad —algunas obras son, probablemente, anteriores al Evangelio de San Juan— y la estrecha vinculación de estos escritores a los Apóstoles, de los cuales pueden considerarse discípulos. Los escritos de los «Padres Apostólicos» son de índole pastoral y están dirigidos a un público cristiano. Los textos más notables de este primer núcleo de la literatura cristiana fueron la Didaché —el más viejo tratado de disciplina eclesiástica—, la carta ya mencionada de San Clemente a los Corintios, las siete escritas por San Ignacio de Antioquía a otras tantas iglesias, durante su viaje hacia Roma, donde había de sufrir martirio, y otra epístola, todavía, de San Policarpo de Esmirna. El «Pastor» de Hermas, importante para la historia de la penitencia, pertenece también a este grupo de obras.