El amor a nuestra Madre ha estado presente desde los comienzos y Ella ha ayudado a sus hijos de modo permanente.
Los primeros cristianos, a los que hemos de acudir siempre como modelo, dieron un culto amoroso a la Virgen En las pinturas de los tres primeros siglos del cristianismo, que se conservan en las catacumbas romanas, se la contempla con el Niño Dios en brazos. ¡Nunca les imitaremos bastante en esta devoción a la santísima Virgen!
Es el refugio de los pecadores, la salud de los enfermos, la reina de los mártires, de los confesores, de las vírgenes y de los apóstoles. Reina y madre de los primeros cristianos. También ahora la Virgen nos ayuda a comportarnos como buenos hijos: a ser fuertes y fieles.
by Gabriel Larrauri Aguirre - www.primeroscristianos.com
“Hoy María es para nosotros un cielo,
porque nos trae a Dios.
De Ella ha surgido
para nosotros la luz.”
(SAN EFRÉN DE SIRIA, Siglo IV)