Mons. Edwin de la Peña explica la situación de la Prelatura de Marawi del sur de la Filipinas, donde el grupo terrorista Maute ha incendiado edificios de la iglesia y asesinado a cristianos
El Obispo de la Prelatura de Marawi, Mons. Edwin de la Peña(MSP), habla sobre la situación de la Prelatura de Marawi del sur de la Filipinas, donde el grupo terrorista Maute ha asaltado la ciudad, asesinando a cristianos y prendido fuego a edificios, entre ellos, la catedral de María Auxilio de los Cristianos. En el momento de la entrevista, 104 personas han sido asesinadas y más de 12.500 familias han huido. El Vicario General, P. Chito Suganob, ha sido secuestrado junto con el resto del personal de la catedral. La Conferencia Episcopal de Filipinas (CBCP) confirmó la autenticidad del vídeo del P. Chito Suganob que circula en Facebook desde el martes, 30 de mayo.
Todavía estamos en medio de todo, no sé cómo describirlo, nuestra gente ya no está allí y la gente que ha quedado atrás ha sido evacuada. No sé cuál es su situación porque en estos momentos hay en marcha una operación para limpiar la ciudad para expulsar a los terroristas. Además hay bombardeos aéreos, etc. No sé cómo están haciendo frente a la situación.
Sí, me han dicho que la catedral y la sede episcopal están totalmente destruidas, primero por el fuego, pues fueron incendiadas, y luego también por las bombas, pues allí nos encontramos en medio del combate. Tengo mis dudas acerca de cuándo nos recuperaremos, pero será muy difícil para todos nosotros, y no solo para los cristianos, sino también para los musulmanes.
El 95% de Marawi es musulmán. Nosotros somos una minoría minúscula, una Iglesia muy pequeña en Marawi. La mayor parte de la población católica de la ciudad está en la Universidad, donde tenemos estudiantes provenientes de otras provincias de Mindanao.
Las relaciones eran buenas. Nosotros promovíamos el diálogo interreligioso y contamos con muchos asociados. Y, de hecho, el P. Cito era uno de los más involucrados, pues su objetivo principal consiste en conectar, en establecer vínculos con las ONG musulmanas que se han asociado con nosotros en favor del desarrollo y la educación para el diálogo interreligioso. La situación era muy buena hasta que emergió este extremismo, las luchas, la presencia de estos elementos extremistas de Oriente Próximo y la radicalización de los jóvenes; inadvertidamente, inconscientemente, parte de nuestra gente no estaba orientada en relación con la situación actual en Oriente Próximo y no era consciente de la radicalización que se está introduciendo hoy en nuestro país y, especialmente, en Mindanao. Y así, la situación se ha ido radicalizando desde entonces. Pero, en general, las relaciones con nuestros socios (partners) siempre han sido muy positivas y, de hecho, nos han hecho saber que también están en contra de la influencia de los elementos del Daesh en Marawi, pues saben exactamente las consecuencias que ello acarrea para la cultura de la gente y la forma de vida. La gente de Marawi siempre ha sido muy pacífica.
Sí, sí, sí, eso es correcto. De hecho, lo que está ocurriendo hoy, especialmente ahora que estamos en el Ramadán, que es un mes muy santo para ellos… ahora no pueden celebrarlo de la forma en la que les hubiera gustado. Están enfadados con estos grupos terroristas que vienen a perturbar el santo Ramadán. Por tanto, si estos grupos extremistas querían obtener el apoyo de la gente, lo cierto es que no pueden contar con él.
En base a lo que usted sabe acerca de cómo opera el ISIS en Oriente Próximo, ¿puede ver alguna diferencia entre lo que está ocurriendo en Siria e Iraq y lo que está ocurriendo ahora en Marawi?
Es algo parecido. Tal vez no sea una nueva Siria o un nuevo Iraq, pero el aspecto que ofrece la ciudad tras las bombas que han caído, la verdad es que ya no parece Marawi. Los restos del casco antiguo, todo lo que vemos en las noticias sobre Marawi, todo está en ruinas, hay destrucción por doquier. Y esta es también la imagen que tenemos de Siria e Iraq.
Maute es del clan Maranaw, y por lo que he sabido de conversaciones con algunos líderes religiosos en Marawi, este grupo que constituyó (inaudible) previo sucesor de Marawi, ahora que ya no es el alcalde y ahora que los traficantes de drogas están bajo control. Esta gente estaba acostumbrada a una vida fácil por todo el dinero proveniente del tráfico de drogas, estaba acostumbrada a una vida cómoda. Ahora que ya no están en el poder, el alcalde ya no puede apoyarlos, pues ya no tiene recursos para apoyarlos, por lo tienen que valerse por sus propios medios. Este fue probablemente uno de los factores que los indujo a radicalizarse, porque tenían que arreglárselas solos. También nos han dicho que hay dinero proveniente del exterior y que algunos han sido entrenados por extranjeros en las guaridas de Lanao Sur. Estos son probablemente los que los han inducido a este tipo de vida.
No estoy seguro. Pueden negarlo todo lo que quieran, pero algunas personas…, pero sabe, no soy la persona apropiada para hablar de ello. Yo solo repito lo que he oído, a saber, que algunos han sido entrenados fuera, y que los hermanos Maute han estudiado en Oriente Próximo. Vienen de familias muy ricas, por lo que tienen medios para enviar a sus hijos a escuelas de Arabia Saudí y Jordania. Eso es lo que he oído.
Creo que sí. Es significativo el hecho de que Hapilon esté en Lanao, de hecho iban a decretar la orden de arresto contra él antes de que ocurriera todo esto. Ese fue el desencadenante. Hapilon es Abu Sayyaf, por lo que tienen una alianza táctica con los hermanos Maute en Lanao Sur, aparte del hecho de que ambos simpaticen con el Daesh. Probablemente hayan unido sus fuerzas.
Sé del vídeo del P. Chito desde ayer: ¡está vivo! Estoy feliz por ello, pero también triste por las reacciones de los internautas del DDS (DDS: Digong Duterte Supporters: los que apoyan al presidente), que lo han criticado por su mensaje, sin tener en consideración su situación actual como rehén privado de libertad. ¡Hemos perdido nuestro sentido de la humanidad! ¡Qué triste! Estoy apenado por este país y lamento muchísimo la situación del P. Chito y los que lo acompañan.
No hemos tenido ningún contacto con el Ejército hasta hace algunos días, cuando pude contactar con un comandante de una división de la Marina que actualmente está realizando la operación de limpieza en Marawi. Nos prometieron hacer todo lo posible para localizar al P. Chito y a los demás, en total, entre 12 y 15 personas. Algunos de ellos son profesores del cercano Instituto de Dansalan. Muchos de ellos estaban en la catedral porque estaban preparando la fiesta de María Auxiliadora del día siguiente. Por ello había mucha gente allí realizando todo tipo de actividades.
Sí, supongo que sí.
Sí, por ejemplo, en relación con la familia de mi chófer, que estaba escondida en uno de los molinos arroceros de la ciudad de Marawi: con ellos estaba el presidente de su barangay, que es de la etnia Maranaw, y es él quien organizó al grupo y les explicó cómo responder en caso de que el grupo Maute los interceptara por el camino. Salieron de la casa todos juntos hacia el puente donde los autobuses estaban esperando para sacarlos de Marawi. Lo considero un héroe por ocuparse de este grupo de cristianos y musulmanes que intentaban huir del peligro que los acechaba.
Pero había algunas personas de otro grupo que intentaban escapar y querían cruzar el puente, pero que fueron abordados por el grupo terrorista Maute. Les preguntaron si eran cristianos y, desafortunadamente, dijeron que sí porque no estaban ahí cuando el presidente del barangay instruyó al grupo. El otro, el marido de una de nuestras familias adoptadas que viven en el complejo de la catedral de Marawi, fue sacado a la fuerza del grupo porque llevaba una camiseta sin mangas y tenía un tatuaje en el hombro. Así lo identificaron como cristiano.Más tarde tuvimos noticia de que algunos hombres fueron asesinados y tirados a un barranco. Dicen que se trataba del grupo abordado por Maute. En los periódicos también se pueden leer muchas noticias sobre musulmanes que han intentado proteger a los cristianos.
No podemos evitar que algunas personas que saben lo que hemos estado haciendo en Marawi y las relaciones que hemos desarrollado a lo largo de los años vuelvan a verse confirmadas en sus prejuicios contra los musulmanes. La labor que realizamos puede ser muy frustrante, pues el diálogo interreligioso es un proceso muy frágil, y estos incidentes pueden destruir los cimientos que hemos puesto. Algunas personas alimentan este tipo de sentimientos contra los musulmanes. A nosotros no nos gusta y nos parece muy triste, pues hemos hecho muchos avances en la mejora de la relación entre musulmanes y cristianos en Marawi. De hecho, en comparación con otros lugares, puedo afirmar que nuestra relación es la mejor. Las relaciones entre musulmanes y cristianos es la mejor si la compramos con otras. Hemos avanzado mucho en los 41 años de existencia de la prelatura. También tenemos escuelas, y estas existían incluso antes de erigirse la prelatura. Y estas escuelas son muy queridas por nuestros hermanos musulmanes y cristianos, porque muchos de sus padres han estudiado en ellas. Los profesionales de la ciudad han ido a ellas y siempre envían a sus hijos a nuestras escuelas porque han desarrollado un vínculo de lealtad hacia ellas.
Es una desgracia que nuestra pequeña prelatura, que es la Iglesia local más pequeña y más pobre de las Filipinas, tenga que atravesar esta difícil crisis. Nuestra catedral está destruida, así como la parroquia y la casa del Obispo, por lo que tenemos que empezar de cero a reconstruirlo todo y a restablecer la presencia cristiana en esta zona predominantemente musulmana de Mindanao central. Debemos continuar con nuestra misión de tender la mano para la reconciliación y la amistad con nuestros hermanos musulmanes, pues este fue el legado del Papa Pablo VI cuando restableció la Prelatura de Marawi en el culmen de la crisis de principios de los años setenta. Y citando al Obispo Tutu: “Los cristianos deberíamos ser los primeros en tender nuestra mano para la reconciliación y la fraternidad con nuestros hermanos musulmanes. Esta es la forma de establecer la paz que quedó rota debido a la guerra”. Creo que lo mismo vale para nuestra situación actual. No podemos dar la espalda a lo que hemos puesto en marcha, a lo que la prelatura inició a mediados de los setenta. Debemos seguir con la labor del diálogo, seguir trabajando con nuestros hermanos musulmanes a fin de establecer y reconstruir las relaciones rotas, los sueños y esperanzas rotos de tanta gente que quiere vivir en paz. Solo queremos vivir en paz, por lo que nos gustaría pediros ayuda para reconstruir la paz para seguir con nuestra labor, la de trabajar y dialogar con nuestros hermanos musulmanes.
Ahora no estamos muy preocupados en relación con nuestras necesidades, pues estamos más bien centrados en hacer lo que podemos para dar respuesta a la crisis humanitaria existente actualmente en Iligan, donde hay tantos evacuados de Marawi que necesitan ayuda. Esta es la razón por la que algunas de nuestras diócesis e incluso la Cáritas de Manila y la Archidiócesis de Manila, a través del Cardenal Chito Tagle, nos han preguntado cómo nos pueden ayudar y a dónde pueden enviar sus donativos. Por ello nos hemos coordinado con la Diócesis de Iligan para establecer puntos en el Centro Diocesano Pastoral de Iligan City donde recibir los donativos y organizar a los voluntarios para el empaquetamiento de las ayudas y su distribución. También estamos trabajando con los hermanos musulmanes que mantienen un diálogo con nosotros; esta es para nosotros una gran oportunidad de mostrar nuestra solidaridad y de dar respuesta a las necesidades de nuestros hermanos, especialmente, en los refugios temporales de los evacuados. Esto es lo que estamos haciendo actualmente, y si hay algo que ustedes pueden hacer para ayudarnos, para dirigir la atención del mundo hacia lo que está ocurriendo en estos momentos en Marawi y para apoyar nuestras operaciones de socorro, les estaríamos muy agradecidos.