En Magdala, a lo largo de las costas del mar de Galilea, algo único ha estado ocurriendo durante los últimos nueve años. La historia comienza en 2004, cuando el padre Juan Solana, director del Instituto Pontificio NotreDame de Jerusalén, se determinó a construir un centro de retiro en Galilea, donde gran parte de la vida y obra de Jesús tuvo lugar.
Se adquirieron cuatro parcelas de terreno en la orilla noroeste del Mar de Galilea, cerca de la pequeña ciudad israelí de Migdal, y de la aldea árabe destruida de Al-Majdal.
Ambas poblaciones recibieron su nombre, como se puede entrever, de la antigua ciudad de Magdala, que fue por años la única ciudad en el lado occidental del Mar de Galilea hasta que Herodes Antipas comenzó a construir Tiberíades, en el año 20.
El plan, inicialmente, contemplaba derribar algunas cabañas vacacionales de un viejo complejo turístico de playa (en desuso), y construir allí un centro de retiro que pudiese hospedar a aproximadamente trescientas personas.
Para el año 2009 todo estaba dispuesto para el inicio de la construcción, a excepción de una excavación rutinaria del sitio que, debido a la riqueza arqueológica e histórica de la zona, es un requisito obligatorio en la región antes de iniciar cualquier construcción.
Nadie esperaba encontrar algo, pero apenas a menos de dos pies por debajo de la superficie, los excavadores dieron con un banco de piedra.
Sin embargo, no se trataba de un banco de piedra cualquiera, sino de parte de una sinagoga del siglo primero, una de apenas siete de las que se sabe existían en el período del Segundo Templo, y la primera hallada en toda la región de Galilea.
Pero es, además, la primera sinagoga descubierta perteneciente a la época de Jesús, de la que se sabe, por la Escritura, a la que el propio Jesús acudió, y en la que enseñó.
De hecho, se consiguieron monedas locales, en una habitación contigua de la sinagoga, fechadas en el año 29, precisamente cuando cuando Jesús, muy probablemente, ya habría estado activo en su ministerio.
Según el P. Eamon Kelly, vicepresidente a cargo del Instituto Pontificio Notre Dame, quien también está involucrado en el proyecto Magdala, esta sinagoga es la más bellamente decorada de las siete, llena de bellos mosaicos y frescos. Se estima que permaneció activa hasta el año 67.
“Entre los judíos que habrían venido a esta sinagoga seguramente había discípulos de Jesús que aún no habían sido separados de los judíos (es decir, entendidos como pertenecientes a otra religión) y, por esta razón, la sinagoga es también una especie de icono que representa lo que ambas religiones tenemos en común, desde nuestros orígenes”, dijo el P. Kelly.
En la sinagoga, los arqueólogos descubrieron además la llamada Magdala Stone, considerada por muchos expertos como uno de los descubrimientos arqueológicos más destacados de los últimos 50 años.
Tallada en piedra, se encuentra la más antigua menorah encontrada hasta la fecha, así como la única representación del carro del fuego de Eliseo hallada en la arqueología israelí.
Todos los símbolos tallados en la piedra están relacionadas con el Segundo Templo. El Padre Kelly dice que, actualmente, se están desarrollando una abundante cantidad de teorías sobre el propósito y el significado de la Piedra, que seguramente continuarán durante largo tiempo.
Pero no sólo los arqueólogos hallaron esta sinagoga, sino que, además, desenterraron una ciudad entera: la antigua ciudad de Magdala, que se cree ser la ciudad natal de María Magdalena.
Hasta el momento, la excavación ha descubierto tres baños de purificación ritual, mercados, zonas residenciales, miles de monedas del primer siglo, cantidad de vestigios de cerámica de la época, e incluso una espada romana enfundada en su vaina.