Los primeros cristianos y los jóvenes

Los primeros cristianos y los jóvenes

¿Qué dicen los primeros cristianos a los jóvenes?

 

El Cardenal Newman nos hace ver cómo el cristianismo se extiende gracias al impulso de la fe y el amor

 

 

 

"Se nos dice que la certeza, la confianza y la valentía en el hablar no son cristianas. ¿Es ésta una argumentación honrada? ¿Es un juicio derivado de hechos? ¿Fue confianza o duda, celo o frialdad, decisión o irresolución, lo que distinguió a los mártires en los tiempos primeros de la Iglesia? La religión de Cristo no se propagó mediante argumentos filosóficos, sino por impulso de la fe y el amor.

Mirad a los primeros mártires. Eran muchachos, doncellas, soldados y esclavos corrientes; una multitud de gente joven y tozuda, que habría vivido para hacerse prudente, de no haberse empeñado primero en morir; eran cristianos que rasgaban manifiestos imperiales, desafiaban a sus jueces, no descansaban hasta encontrarse en la jaula de un león, y si eran expulsados de una ciudad comenzaban a predicar en otra.

 

Esto decía el mundo ciego sobre aquellos que contemplaban al Dios invisible. Era, en efecto, la visión espiritual de Dios lo que originaba su singular comportamiento."

 

(John Henry Newman, Discursos sobre la fe, Ediciones Rialp, 2000, pag. 188)

 

 

 
 

 

San Gregorio de Nisa habla de la necesidad de la dirección espiritual

 

"Puesto que la mayoría se comprometen con la virginidad aún jóvenes y con la mente inmadura, lo más apropiado para ellos sería ante todo el buscar un buen guía y maestro para este camino, no fuera que por la ignorancia que tienen se metieran por senderos equivocados que les desvíen del recto camino. “Dos valen más que uno”, dice el Eclesiastés (4,9). El que está sólo es fácil de vencer por el enemigo emboscado junto a las rutas diciembre divinas. "

 

(SAN GREGORIO DE NISA, Sobre la Virginidad, 23, 3)

 

 

 

 

San Ambrosio, nos hace ver cómo, también nosotros, podemos ser mártires cada día si confesamos a Cristo con nuestras buenas obras
 

 

Y del mismo modo que hay muchas persecuciones, así también hay muchos martirios. Todos los días eres testigo de Cristo.Eres mártir de Cristo si sufriste la tentación del espíritu de lujuria, pero, temeroso del futuro juicio de Cristo, no pensaste en profanar la pureza del alma y del cuerpo.

 

Eres mártir de Cristo si fuiste tentado por el espíritu de la avaricia para apoderarte de los bienes de los inferiores o no respetar los derechos de las viudas indefensas, pero juzgaste que era mejor alcanzar la riqueza por la contemplación de los preceptos divinos, que cometer la injusticia…

 

Eres mártir de Cristo si fuiste tentado por el espíritu de soberbia, pero viendo al débil y desvalido, te compadeciste con piadoso espíritu, y amaste la humildad más que la arrogancia. Y aún más si diste testimonio no sólo de palabra, sino también con obras. (…) Porque es testigo aquél que, haciéndose fiador con sus hechos, confiesa a Cristo Jesús. ¡Cuántos, todos los días, son mártires de Cristo en oculto, y confiesan al Señor Jesús con sus obras!

(SAN AMBROSIO, Exposición sobre el Salmo 118, 20-51)

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