Durante tres sábados consecutivos, empezando por este 9 de diciembre, los Museos Vaticanos ofrecen visitas especiales para descubrir el sentido de la Navidad en el arte. Un viaje en el tiempo y en el espacio, a través de las colecciones pontificias, desde el Museo Pico Cristiano hasta la Capilla Sixtina, para admirar lo que el Papa Francisco llama "el admirable signo del pesebre".
Las primeras representaciones del nacimiento de Jesús son anteriores al belén viviente escenificado hace exactamente 800 años, en la Navidad de 1223, por San Francisco de Asís en Greccio, en el valle de Rieti.
De hecho, los primeros cristianos celebraban la Encarnación de Nuestro Señor. Así lo atestigua uno de los pesebres más antiguos, procedente de un sarcófago del siglo IV conservado en los Museos Vaticanos: en la piedra están esculpidas las figuras del Niño en el pesebre, el buey, la estrella y la Virgen María.
La responsable de las actividades didácticas, Sor Emanuela Edwards, ha explicado que esta iniciativa nació el pasado pasado, con una acogida muy positiva:
“La mayoría de los visitantes declararon que la visita les había resultado muy útil para preparar la Santa Navidad. Lo que me conmovió especialmente fue la reacción de los niños, que aprendieron con entusiasmo el origen de los personajes que encuentran en el Pesebre. Para algunos de ellos, era la primera vez que se enfrentaban a los relatos bíblicos del nacimiento de Jesús. La visita fue una verdadera obra de evangelización", ha asegurado.
Representación del Pesebre desde el arte paleocristiano a la Capilla Sixtina
El recorrido, en italiano o en inglés, relata las diversas formas en que se ha representado el Pesebre a lo largo de los siglos. Además del arte paleocristiano, se dedica un amplio espacio a las obras maestras de la Pinacoteca Vaticana. Entre ellas, llama la atención la 'Adoración de los pastores' de Bartolo di Fredi, del siglo XIV.
En esta obra, precisa Sor Emanuela Edwards,
"el Señor no está acostado en un Pesebre, sino en un sarcófago envuelto en un sudario. La Virgen está vestida de negro, como si estuviera de luto. En la escena se representa la sombra de la Cruz, ya que el Señor nació para morir por la redención del mundo. Hay, pues, alegría teñida de tristeza en esta interesante obra. Estamos llamados a meditar sobre el hecho de que este niño tiene una misión y el cielo, representado por los ángeles, se alegra de este acontecimiento", ha explicado.
La visita continúa en la Galería de Tapices, donde se representa otra Adoración de los Pastores sobre un fino paño. Pertenece a la Escuela de Rafael y fue realizado en el taller del tapicero flamenco Pieter Von Alst, de Bruselas, en el siglo XVI. La escena es íntima, familiar:
"San José indica al Niño Jesús a sus humildes visitantes. Los pastores, por su parte, llevan al Niño sus sencillos regalos. La luz de Cristo ilumina todo el establo: Él es la fuente de luz de la escena porque, como leemos en el Evangelio de San Juan, Él es la luz del mundo", ha señalado.
El recorrido culmina en la Capilla Sixtina, donde se revela el misterio de la Navidad, en la que Dios se hizo carne en el más bello de los hijos del hombre. "San Francisco, hace muchos siglos", recuerda la religiosa,
"utilizó una manifestación real o artística de la primera Navidad para ayudarnos a comprender la realidad del nacimiento de Cristo. Desde entonces, los artistas han intentado llevarnos al Pesebre para que reflexionemos sobre el Evangelio al contemplarlo ante nuestros ojos en sus obras maestras. Estas obras se convierten así en páginas vivas de la Escritura, que nos ayudan a meditar sobre la historia del nacimiento del Señor", ha comentado.