"Calvario", del arameo "Gólgota", significa "lugar de la calavera". En aquel entonces era una especie de promontorio fuera de los muros de Jerusalén. Utilizado primero como cantera, luego como huerto, en tiempos de Jesús era una zona de enterramiento y lugar donde los romanos ejecutaban sentencias de muerte por crucifixión. Aquí descubrimos una de las figuras menos conocidas y más fascinantes del Evangelio.
Sabemos que bajo la cruz de Jesús estaban su madre, algunas mujeres y el apóstol Juan. Todos los demás habían huido. Debajo de la cruz también estaba un hombre, un soldado romano, que golpeó el costado de Jesús con su lanza para asegurarse de su muerte. La tradición lo ha llamado Longinus, que deriva de 'lanza', y por tanto 'lancere'.
La tradición posterior fusiona a dos personas en la única figura de Longinos. El primero es el soldado romano narrado por el Evangelio de San Juan que hirió el costado de Jesús con una lanza, de la que brotó sangre y agua. La segunda persona la recuperamos del resto de Evangelios cuando nos hablan de un centurión romano que, viendo a Jesús expirar de esa manera, hizo su profesión de fe: '¡Verdaderamente este hombre es Hijo de Dios!'
A lo largo de los siglos han surgido diversas leyendas en torno a la figura de Longinos. Uno de estos cuenta que Longinos dejó el ejército romano, fue bautizado por los apóstoles y se hizo cristiano. Precisamente por esto fue martirizado.
Quizás por esta misma razón, los cristianos reverenciaron a Longinos como el primer pagano en convertirse al cristianismo y como mártir. Aún hoy la iglesia de Jerusalén celebra San Longino el 16 de octubre.
Tanto el lancero como el centurión romano, Longinos no tenía antecedentes religiosos, no había 'ido a catequesis’. Estaba allí porque estaba haciendo su trabajo. Era un experto en muertos.
Precisamente por eso su testimonio es muy importante: porque viendo a Jesús expirar de esta manera hizo su profesión de fe. Significa que Jesús no murió como todos los demás, murió de manera diferente. En ese momento, Longinos entendió lo que nadie había entendido hasta ese momento: ¡Verdaderamente Dios es así!
Fr. ENRICO MAIORANO, ofm cap Estudiante de Ciencias Bíblicas y Arqueología - Jerusalén
La última parada de nuestro camino será a los pies del Calvario, en el sepulcro que guardó el cuerpo de Jesús durante tres días y que un hombre, José de Arimatea, había puesto a disposición.
Longinos traspasó con su lanza a Jesús en la cruz - Soldado romano