El Papa ha vuelto a demostrar un año más que para él, los primeros son los últimos. Por eso, en febrero habilitó estas duchas cerca de la plaza de San Pedro para personas sin hogar. 

 

Un mes después, les abrió las puertas de uno de los mayores tesoros del Vaticano, la Capilla Sixtina. Y en octubre, les proporcionó este albergue para pasar la noche, un regalo de los jesuitas.

 

Este primer trimestre del año trajo además un anuncio sin precedentes: El Papa convocó un Jubileo cuyo tema es la Misericordia.

 

"A menudo he pensado en cómo la Iglesia puede hacer más evidente su misión de ser testimonio de la misericordia. Es un camino que inicia con una conversión espiritual. Por eso he decidido convocar un jubileo extraordinario centrado en la misericordia de Dios. Será un Año Santo de la Misericordia”.

 

Con enorme expectación. Así recibió el mundo la encíclica Laudato si' de Francisco. El 18 de junio vio la luz la que para muchos es una encíclica revolucionaria e inspiradora en la defensa del medio ambiente.

 

El Papa también ha vuelto a tender puentes en este 2015. Visitó una iglesia Valdense, donde jamás había estado un Papa. Les pidió además perdón por las ofensas cometidas por los católicos. 

 

Además Francisco dio de nuevo una lección de diálogo reuniéndose con los más diversos mandatarios y personajes del mundo entero: desde Fidel Castro, Barack Obama, Angela Merkel hasta el imán de la mezquita central de Bangui, en República Centroafricana, al que subió a su papamóvil. 

 

En octubre, el Sínodo sobre la Familia volvió a mostrar la importancia que para la Iglesia tiene la Familia y los problemas concretos de cada uno de sus miembros. Concluyó con un esperanzador documento que servirá al Papa para elaborar el documento definitivo que guiará a la Iglesia en este campo durante los próximos años.

 

Con este gesto... la Misericordia se ha convertido en la protagonista del año 2015 y también lo será de 2016. El 8 de diciembre el Papa Francisco abrió la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro.

 

Y en lo que parece ya una tradición por su cumpleaños, el Papa volvió de nuevo a hacer un regalo al mundo: Aprobó el milagro por el que la beata Madre Teresa de Calcuta será proclamada santa en 2016.