Las 7 formas en que San Juan Pablo II renovó, impulsó y revolucionó el Rosario

Juan Pablo II  y el Rosario

Desde los tiempos medievales de Santo Domingo de Guzmán, cuando los dominicos empezaron a popularizar el rezo del Rosario, esta devoción ha ido incorporando variaciones y añadidos, pero sin duda en los tiempos modernos fue San Juan Pablo II quien introdujo en ella más elementos que podrían considerarse –en el buen sentido- revolucionarios. Así lo considera el periodista católico Tom Hoopes, autor de El rosario de Juan Pablo II.

Hoopes es padre de 9 hijos y explica que “si no fuera por San Juan Pablo II yo no habría pasado los últimos 17 años rezando un rosario diario con mi familia”. Y le consta que una gran cantidad de las personas que hoy rezan el rosario con asiduidad se lo agradecen a Juan Pablo II y su promoción de esta devoción.

Hoopes explica que el Papa polaco potenció el Rosario a partir de 7 acciones o decisiones.

1. Juan Pablo II hizo que el Rosario volviera a ser nuevo y emocionante

“Como les digo a mis estudiantes en el Benedictine College de Kansas, Juan Pablo II era un genio de la estrategia que sabía como hacer cosas grandes en la Iglesia. No solo decía: ‘chicos, volved a la Iglesia’. Organizaba las Jornadas Mundiales de la Juventud. No solo decía: ‘sed fieles a la doctrina’. Creaba un Catecismo. No sólo invitaba a los católicos a volver a Jesús: creaba un Gran Jubileo para el año 2000. Y no sólo animaba a rezar el Rosario: añadió 5 nuevos misterios para picar nuestro interés y lanzó un Año del Rosario para asegurarse que toda la Iglesia se sumaba.

2. Juan Pablo II conectó el Rosario con las cosas grandes que estaban en el pensar de todos

“El compromiso de mi familia con el Rosario empezó en 2001, cuando tras la tragedia del 11 de septiembre, Juan Pablo II urgió a los católicos a rezar el Rosario por la paz, frente a los atentados terroristas. Se profundizó cuando al año siguiente pidió rosarios por otra institución bajo un duro ataque: la familia. Su fe en el Rosario era contagiosa.

3. Hizo que el Rosario fuera más fácil de rezar

Tom Hoopes recoge en su libro varias de las propuestas prácticas del Papa para facilitar el rezo. “Una de mis favoritas: en vez de empezar por el Credo, empezar con la invocación sencilla del Salmo 70: Oh, Dios, ven en mi auxilio; Señor, date prisa en socorrerme”. Aún recitamos el Credo a veces pero al quitar la larga oración inicial el rezo se hace menos amenazante para los niños… y su papá, también”.

4. Su método profundiza la experiencia del Rosario

Hay propuestas de Juan Pablo II sobre el rosario que ayudan a enraizar la devoción en la propia vida. Por ejemplo, propone usar arte sacro, rezar pidiendo un fruto específico en cada misterio y añadir una frase después del “Jesús”. Por ejemplo, el primer misterio luminoso se puede ilustrar con una imagen del bautizo de Jesús, un fruto que se pide (“ser fiel a mis votos”) y palabras añadidas como “bendito es el fruto de tu vientre, Jesús, bautizado por Juan”. Juan Pablo II también anima a acompañar el Rosario con la Escritura, por lo que Tom Hoopes propone 10 versículos en su libro para cada decena de avemarías.

5. Juan Pablo II fue un gran promotor de los santos del Rosario

Por ejemplo, beatificó al italiano Bartolo Longo (1841-1926), un intelectual anticlerical que se introdujo en ambientes esotéricos y ocultistas que le dañaron. Fue con el Rosario que se sanó y creció en la fe y fue el promotor del Santuario del Rosario en Pompeya. Juan Pablo II canonizó al Padre Pío, que habla del Rosario como un arma muy poderosa. Fue un promotor de las obras y espiritualidad de San Luis Grignon de Montfort, autor de El secreto del Rosario”. Y beatificó a los pastorcitos de Fátima, Jacinta y Francisco Marto, grandes impulsores del rezo del Rosario por petición de la Virgen.

6. Juan Pablo II conectó el mensaje de Fátima con el futuro de la Iglesia

El Papa era un devoto de la Virgen de Fátima y su mensaje, y consideraba que fue la Virgen quien desvió la bala que le hirió en el atentado del pistolero Alí Agca. Las peticiones de la Virgen de Fátima de que se rezaran rosarios cada día, dijo, “deben sostenerse generación tras generación”, dijo el Papa.

7. Su mayor promoción del Rosario la hacía, simplemente, rezándolo

Antes de llegar a ser Papa, el cardenal Jorge Bergoglio escribió: “una tarde fui al rezo del Rosario que dirigía el Santo Padre [Juan Pablo II]. Estaba delante de todos, de rodillas”. Bergoglio escribe que quedó tan conmovido en esa oración que “desde ese día recito los 15 misterios del Rosario cada día”.

Carifilii

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