La Scala Santa lleva cerrada desde el pasado mes de julio. Los empleados han restaurado desde los frescos del techo, hasta el último escalón.
P. FRANCESCO GUERRA
Rector, Scala Santa
“Ha hecho falta restaurar la madera de nogal que recubría los 28 escalones de la Scala Santa. La ordenó poner el Papa Inocencio XIII en 1723 para preservar los escalones de mármol. Están muy desgastados por la cantidad de fieles que los suben”.
Desde hace siglos, miles y miles de personas suben de rodillas esta escalera, para recordar la Pasión de Jesús.
P. FRANCESCO GUERRA
Rector, Scala Santa
“Los peregrinos pueden obtener una indulgencia plenaria, que supone la remisión de la mancha y de las consecuencias que deja cada pecado”.
“Además, el esfuerzo de este sacrificio permite que nos sintamos concretamente más cerca del dolor de Jesús, experimentar dolor y fatiga, como Él experimentó”.
Este sacerdote explica que el respeto y la devoción con que recorren estas escaleras ayuda a las personas a acercarse a Jesús. La escala tiene varios puntos que son especialmente importantes.
P. FRANCESCO GUERRA
Rector, Scala Santa
“Hay cruces en algunos lugares de la escalera para proteger el lugar donde, según la tradición, cayó Jesús y hay gotas de sangre. Si se mira de cerca, se ve que se ha conservado el mármol antiguo, mientras que a su alrededor está muy desgastado”.
La tradición dice que estas escaleras de mármol fueron traídas desde Jerusalén por la madre del emperador Constantino, Santa Elena, cuando el cristianismo se convirtió en la principal religión del Imperio Romano.
La restauración de todo el santuario y de las escaleras laterales ha durado seis años. Estarán completamente listas en torno al mes de junio de 2020. Eso sin duda animará a muchos otros cristianos a visitar este lugar en el futuro.