La cripta original se construyó en el siglo VII d.C. y en ella se encontraron en 1961 tumbas con hasta 80 sarcófagos tallados en la roca de época medieval (que hoy se pueden contemplar desde un balcón). En el siglo XII se le añadió una vasta nave, de impresionantes dimensiones, levantada por una comunidad de monjes benedictinos y cubierta con una bóveda.
Alcanza los 20 metros de altura y esta rodeada en tres de sus lados por una galería, situada a 15 metros, a la que se accede por una escalera tallada en la roca. Antiguamente esta galería se abría al exterior, en el lado del acantilado, y servía de entrada, pero hoy esta cegada. Grandes arcos y columnas macizas que parten de bases octogonales y finalizan en cuadrado, marcan la separación de las naves laterales. Todo ello está tallado en la roca.
La longitud total de la iglesia alcanza los 27 metros, por 16 de anchura. En el interior se alza un relicario de piedra hexagonal cuya forma se inspira en la construcción constantiniana de la tumba de José de Arimatea bajo la cúpula del Santo Sepulcro de Jerusalén y tiene 6 metros de alto. Albergó la tumba de dos niños y de François d’Esparbes de Lussan, mariscal de Aubeterre. Hay también una pila bautismal paleocristiana decorada con una cruz griega en su base y excavada en el suelo de la estancia, como una pequeña piscina.
A pesar de ser una iglesia subterránea no es necesario escalar ni descender abruptos pasadizos para acceder a ella. Como está excavada a media altura de la colina rocosa que domina la localidad, la entrada se situa justo al nivel del suelo y es accesible incluso para personas con discapacidad, previo pago de una tarifa de entrada, ya que constituye uno de los principales atractivos turísticos de la zona.
En las cercanías hay un castillo, con el que la iglesia conecta mediante un pasaje subterráneo visible en la esquina norte de la galería. La tradición dice que servía para que los señores pudieran acudir a misa, pero probablemente se trata de un canal para el drenaje del agua de lluvia.
El 12 de febrero de 1794, durante la Revolución, se instaló en el interior un horno de fabricación de nitrato de potasio, uno de los ingredientes de la pólvora, para proveer a la nueva república de este material. Sin embargo, debido a los continuos robos, fue clausurado en julio de 1795.
La cripta no sería descubierta hasta 1961, por casualidad. Un camión que pasaba por la calle frente a la iglesia hizo que se derrumbara la carretera, apareciendo esta estancia antigua que algunos investigadores creen que puede ser del siglo IV d.C. y tener un origen tardorromano, quizá relacionado con el culto a Mitra. De hecho la estancia se asemeja, tanto en tamaño como en forma, al Templo de Mitra del siglo II que apareció bajo la Basílica de San Clemente en Roma.
Lo que sí es seguro es que, al igual que el resto del complejo, se excavó ahuecando la roca y aprovechando cuevas ya existentes, utilizadas y ampliadas por los primeros cristianos para su culto.
Pero no es la única iglesia subterránea que hay en Francia, aunque sí la más alta. En la misma región existen otras dos, la iglesia monolítica de Saint-Émilion y la capilla del eremitorio de Saint-Martial en Mortagne-sur-Gironde.
Le site des monuments rupestres / Aubeterre-sur-Dronne (web oficial) / Ministerio de Cultura de Francia / Wikipedia