El Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, cuenta al Christian Media Center que “sabemos por el Evangelio de San Mateo que un ángel se apareció en sueños a José y le dijo que se llevara a María y al niño y que huyeran a Egipto, porque Herodes quería asesinarlo. Según una tradición muy antigua, este es uno de los lugares en los que María se detuvo para cuidar al niño, para descansar y darle el pecho.”
Precisamente, esta gruta está hecha de roca blanca. La tradición señala que mientras María estaba amamantándolo, una gota de leche cayó sobre esta piedra tiñéndola completamente de blanco.
De este modo, la historia de Jesús, María y José se une a la de tantas familias que han obtenido una gracia en este lugar y aquí han dejado narraciones de los milagros que han recibido.
Esto mismo atestigua el franciscano Luis Enrique Segovia, guardián de la basílica de la Natividad, que afirma que “los milagros son muchísimos. Las personas a veces vienen cuando tienen dificultad para tener hijos. Vienen a rezar a la Virgen, se llevan este polvo y en una sala conservamos sus numerosísimos testimonios. A día de hoy son unos seis mil los testimonios que nos han llegado por correo”.
Ahora con esta exposición pretenden explicar de una más detallada a los peregrinos un lugar lleno de historia. Lo harán a través de doce paneles explicativos. “La idea es que los peregrinos vengan aquí y puedan leer las fuentes históricas de la gruta. Son sobre todo las fuentes que hemos investigado en la Custodia de Tierra Santa, y son informaciones que podrán sin duda ayudar mucho a los peregrinos que vengan aquí”, afirma el padre Segovia.
Por su parte, Rubén Agazzi, voluntario que presta su tiempo en la Gruta de la Leche de Belén señala que “cada panel tiene su significado y un objetivo al que se refiere: Partimos del nombre y de la historia de la Iglesia, de las menciones a la Iglesia que se encuentran en los evangelios apócrifos. Los paneles están en seis lenguas: La lengua más difundida es el inglés, y además tenemos el español, italiano, el polaco, el francés y la lengua local que es el árabe, ya que nos encontramos en Belén y por tanto en tierra de Palestina”.
Por el momento, esta idea está siendo muy bien acogidas por los visitantes que llegan al lugar. Uno de ellos, Gustavo Oliveira, afirma que “es una alegría poder participar en este momento tan especial que es la apertura y la inauguración de esta exposición, que explica un poco de esta historia, de lo que es y de lo que representa la Gruta de la Leche”.
Hoy, los peregrinos se llevan a casa unas bolsitas de polvo blanco de la gruta. Durante 40 días la pareja sigue esta devoción, que incluye beber pequeñas cantidades del polvo y decir una oración. Las bolsas se venden a un coste simbólico, pero sólo pueden adquirirse en la gruta, pues si no las peticiones serían inasumibles.
En los últimos 12 años han recibido en torno a 4.000 cartas de parejas que atribuyen sus hijos milagro al "polvo de leche". Continuamente llegan las alegres noticias de que los fieles que siguen la devoción consiguen el embarazo que buscaban.
Pero además calculan que puede haber el doble de niños nacidos cuyos padres no les han escrito. Conservan todas las cartas y fotos en tres archivadores blancos y negros y ahora va ya por el décimo archivador.