Por años el santuario ha sido frecuentado por muchas mujeres, tanto cristianas como musulmanas, quienes acuden a la Virgen María pidiendo abundancia de leche para alimentar a sus hijos. Asimismo, parejas de esposos que no han podido tener hijos, piden a Ella interceda para obtener la bendición de un embarazo.
"Musulmanes y cristianos vienen a la Gruta de la Leche y demuestran su gran amor por la Virgen María. Se arrodillan frente al icono y piden tener polvo de la Gruta de la Leche (...) Dios los ha bendecido para que pudieran tener hijos", señala Fray Fadi Shallufi, Franciscano de la Gruta de la Leche, en entrevista con el Christian Media Center de la Custodia de Tierra Santa.
La Virgen no ha tardado en responder sus súplicas, como ocurrió con Kássia Bezerra, una brasileña que tendía dificultades con sus embarazos:
"Me quedé embarazada una vez y llegué solo a la quinta semana de gestación. La segunda vez perdí al niño en la octava semana de embarazo. Nuestras pruebas eran normales y los médicos decían que las dos interrupciones habían sido una fatalidad. Nunca dejamos de rezar. Y fue entonces cuando una buena amiga nuestra vino a Tierra Santa, rezó por nosotros en la Gruta de la Leche y nos mandó una imagen de la Virgen María. En el mismo momento, pedimos la intercesión de la Virgen por el don de la maternidad y de la paternidad. Pocos meses después me quedé embarazada de nuevo y esta vez conseguí llevar a buen puerto la gestación. Y aquí está nuestro regalo de Dios, Mateus, de dos meses y medio", contó al Christian Media Center.
En el interior de la Gruta existe un lugar en el que se guardan las cartas de cientos de personas de diferentes países quienes aseguran haber recibido una gracia especial de Nuestra Señora de la Leche. De acuerdo con Fray Shallufy en el año 2017 se recogieron unos 450 milagros; y en lo que va de este año, ya van más de 60.
La Gruta también es lugar de oración, ya que un pasillo interior de la cueva está conectado con la Capilla del Santísimo Sacramento y de la Iglesia superior, donde hay Adoración Eucarística continua.
Fuente: Gaudium Press