FRANCISCO
El testimonio de los dos grandes Apóstoles Pedro y Pablo revive hoy en la Liturgia de la Iglesia. Al primero, encarcelado por el rey Herodes, el ángel del Señor le dice: "Levántate, rápido"; al segundo, resumiendo toda su vida y su apostolado, le dice: "He combatido el buen combate".
Durante la fiesta de San Pedro y San Pablo y en el día de la Cátedra de San Pedro, la estatua se viste con una tiara, el anillo del pescador y un manto rojo bordado. Aunque San Pedro nunca vistió estos ornamentos, son una ayuda para que los fieles puedan reconocer el vínculo que tiene con sus sucesores.
Esta estatua de bronce negra tiene en la mano izquierda las llaves de la Iglesia y con la derecha imparte una bendición. Su pie está desgastado por las caricias de los peregrinos que se han acercado a rezar ante ella durante centenares de años.