A 200 metros de aquí está la gruta de la leche, donde se refugió la Sagrada Familia escapando de la furia del rey Herodes que quería matar a Jesús. Hecha de piedra blanca, la gruta tiene este nombre porque, según la tradición, María amamantó a Jesús allí. Otro punto poco conocido es el lugar donde vivió José con Jesús y María en el que actualmente se encuentra esta iglesia franciscana.
"Este lugar se llama la" casa de San José ", debido a una tradición nacida en la época de los cruzados, pero que tiene su origen en el Evangelio de San Mateo, donde se explica la adoración de los Reyes Magos, que llegaron a Jerusalén y luego a Belén, se dice, deteniéndose donde se detuvo la estrella. El Evangelista en cierto punto cuenta que la estrella se detuvo y entraron a la casa, o en todo caso a una casa. De esto entendemos que era un lugar diferente, no era la gruta de la natividad, sino una casa donde los mismos reyes adoraban al niño y le ofrecían sus regalos." Fr. DOBROMIR JASZTAL, ofm Vicario de la Custodia de Tierra Santa
Durante el año dedicado a San José, se celebró una misa solemne presidida por Fr. Dobromir Jasztal, vicario de la Custodia de Tierra Santa, en la que participaron franciscanos y otros religiosos. En su homilía, Fr. Dobromir dijo que San José es un ejemplo de hombre de fe y obediencia a Dios.
"San José, en virtud de su fe y obediencia, comprende el significado de obedecer. No se pregunta qué plan tiene Dios para él, sabe que si es el plan de Dios, es el adecuado para él. ¿Qué nos enseña? Nos enseña a tener fe, a aprender a obedecer, a saber dedicar nuestra existencia al servicio de la voluntad de Dios."
En este y otros lugares por donde pasó, San José ha dejado signos de obediencia y fe en la palabra de Dios. Que nosotros, en este año dedicado por el papa Francisco al Patrón Universal de la Iglesia, aprendamos más y más, con José, a cumplir siempre la voluntad de Dios.