La Basílica de Getsemaní restaurada por manos musulmanas

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Tras 18 meses de trabajo y con un presupuesto de 600.000 euros, la Basílica de Getsemaní ha vuelto a su esplendor original. 

 

Los franciscanos quisieron invertir en la formación de seis chicos palestinos

Tras 18 meses de trabajo y con un presupuesto de 600.000 euros, la Basílica de Getsemaní ha vuelto a su esplendor original.

La restauración de los preciosos mosaicos ya ha sido completada, por lo que los 5000 peregrinos que todos los días visitan en Jerusalén la iglesia de la agonía podrán nuevamente apreciar las antiguas naves y sumergirse (mirando hacia las bóvedas) en un ambiente nocturno reforzado justamente por los mosaicos que representan, sobre un fondo azuloscuro, el cielo estrellado enmarcado por ramas de olivo.

La enorme Basílica de 12 cúpulas proyectada por el arquitecto Anronio Barluzzi, con el aporte de diferentes países del mundo (por eso se le conoce también como “Basílica de las Naciones”) fue concluida en 1924 y desde entonces nunca había sido restaurada. Por este motivo la Custodia de la Tierra Santa decidió (aunque también para contrarrestar los efectos del tiempo) reestructurar uno de los lugares más importantes de la cristiandad, a pocos pasos de aquel huerto santo en el que todo evoca la escena nocturna del Jueves Santo, cuando, entre los olivos y con la luz de la luna, Jesús sufrió la agonía y el abandono.

«Los franciscanos habrían podido encomendar el proyecto a artesanos del extranjero –afirmó Carla Benelli, responsable de los proyectos culturales de ATS pro Terra Sancta, brazo laico de la Custodia, y coordinadora de la iniciativa–, pero decidieron invertir en la formación de jóvenes locales palestinos». Seis chicos del Mosaic Centre de Jericó, de los cuales 5 son musulmanes.

«Confiar la restauración de la Basílica que está cerca del huerto de los olivos a chicos musulmanes (que ya habían contribuido en la restauración de dos sinagogas) fue un hermoso desafío –continuó Benelli–, pero se sienten agradecidos y orgullosos de haber participado en esta obra de conservación».

Además del paso inexorable del tiempo, antes de la restauración se podían apreciar las huellas del hombre. En el majestuoso mosaico del tímpano, en el que está representado Jesús como intermediario entre Dios y la humanidad, había signos de los «proyectiles disparados contra la fachada durante la guerra de los seis días de 1967». El proyecto contó con el patrocinio del Palestinian Municipality Support Program, del Consulado General de Italia en Jerusalén, de la Alcaldía de Rovereto y de la Fundación italiana Opera Campana. El Custodio de la Tierra Santa, el padre P. Pizzaballa, siempre ha subrayado la importancia y el valor educativo de este trabajo. Gracias a las escuelas locales, más de mil niños de entre 8 y 12 años han visitado la Iglesia, abierta solo para ellos durante los horarios en los que está cerrada al público en general (de las 12 a las 14 hrs.). Muchos de ellos no conocían este patrimonio de la humanidad, conocido y venerado por millones y millones de personas. «Mientras se dirigen a la escuela, los niños ven filas de autobuses de los que se bajan los peregrinos y se preguntan: “¿por qué precisamente allí?”».

Los frailes franciscanos, de esta manera, favorecen las visitas escolares para dar a conocer a los pequeños herederos de este patrimonio una Iglesia que les pertenece: niños musulmanes y cristianos. «La mayor parte de las veces se quedan maravillados al ver un lugar tan hermoso y tan cerca de sus casas, en el corazón de Jerusalén Este». No se lo imaginaban. Incluso una niña musulmana, al final de una de las visitas, preguntó a los frailes: «¿Puedo regresar para enseñárselo a mis papás?».

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Vatican Insider

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