El argentino Guillermo Karcher es uno de los principales colaboradores del Papa. Trabajó durante años la Secretaría de Estado y en 2006 fue nombrado ceremoniero pontificio. Su vida dio un nuevo giro tras la fumata bianca.
La agotadora jornada del Papa y su estrategia para no agotarse
El argentino Guillermo Karcher es uno de los principales colaboradores del Papa. Trabajó durante años la Secretaría de Estado y en 2006 fue nombrado ceremoniero pontificio. Su vida dio un nuevo giro tras la fumata bianca.
P. GUILLERMO KARCHER
Ceremoniero pontificio
"Después del desayuno, casi todos los días, paso a saludarlo. Charlamos un poquito, nos actualizamos. Yo le llevo muchas noticias de nuestra patria”.
La jornada del Papa empieza mucho antes, a las 04.30 de la mañana. De 5.00 a 07.00 reza y prepara la homilía de la Misa que celebra a continuación en la capilla de Casa Santa Marta. Al terminar saluda a todos los que han participado, desayuna y comienza a trabajar. Su jornada está llena de encuentros y de audiencias.
P. GUILLERMO KARCHER
Ceremoniero pontificio
"Tiene mucha capacidad de trabajo, mucha capacidad de escucha, de relación con la gente.Él está convencido que en cada encuentro entre las personas Dios emerge”.
Recibe gente desde la mañana hasta antes de cenar y también responde algunas cartas. Sólo hace un parón después de comer, entre las 14.00 y las 14.45. Después mantiene reuniones más personales hasta las 19.00. Reza el rosario, las vísperas, cena y revisa algunos documentos antes de irse a dormir sobre las 10.00 de la noche.
P. GUILLERMO KARCHER
Ceremoniero pontificio
"El Papa de salud está bien. Es una persona fuerte, una persona saludable. Él está acostumbrado. Tiene una vida metódica, una existencia que ha forjado así. Yo creo que no le cansa este ritmo”.
Aunque en los meses de julio y agosto Francisco sólo aparece públicamente en el rezo del ángelus, no por eso deja de recibir a personas ni de trabajar. Para él no existen las vacaciones.
P. GUILLERMO KARCHER
Ceremoniero pontificio
"El Papa vive este mes de junio en el verano europeo y romano disminuyendo un poco su actividad pero tampoco 'se toma las vacaciones'. En eso yo creo que también se muestra solidario con mucha gente que sabe, que ha conocido cuando era arzobispo en Buenos Aires que no podía tomarse vacaciones. Porque es privilegio de pocos”.
Ni vacaciones ni televisión. Francisco no ve la televisión, por lo que tampoco ha visto el Mundial. Echa de menos la comida argentina, especialmente la carne y otra de las curiosidades sorprendentes de Francisco fue la decisión de renovar su pasaporte argentino.
No renunció a su nacionalidad y esperó para obtener su nueva documentación como cualquier ciudadano más. Ahora continúa viajando por el mundo como un argentino más. ¿El próximo destino? Corea, en agosto. Un viaje para sembrar la paz entre el Norte y el Sur.