21 jóvenes japoneses han sido arrestados por las autoridades chinas acusados por presuntas actividades misioneras. Entre los días 5 y 15 de este mes de mayo fueron detenidos estos extranjeros en las provincias de Hebei, Henan, Guizhou, Shanxi y Liaoning– además de la región autónoma de Ningxia.
Las actividades religiosas en China realizadas por ciudadanos no nacionales están reglamentadas por una ley estricta con la cual se prohíbe el proselitismo y las reuniones.
Según publica la agencia Asia News el ministerio de Asuntos Exteriores en Japón ha declarado que de los detenidos 5 ya han regresa a Japón. Otros 3 han sido deportados y es posible que los demás continúen recluidos en Beijing.
Esta no ha sido la primera vez que ocurre un arresto como este. En noviembre del pasado año 19 jóvenes cristianos, también procedentes de Japón fueron arrestados y deportados a su país de origen.
Debido a estas circunstancia desde Tokio se presta especial atención a estos casos y se pide a las autoridades de Beijing el trato adecuado de sus ciudadanos. Por otra parte Lu Kang, vocero del ministerio chino de Asuntos Exteriores, ha explicado que los extranjeros deben respetar las leyes chinas.
Desde 1991 Beijing impone ciertas normas sobre la actividad religiosa. Además desde este mes de mayo las autoridades chinas hacen una revisión de as normas y tan como han anunciado se impondrán ulteriores restricciones sobre la vida religiosa de los extranjeros en China.