Jerusalén - Peregrinación cuaresmal a la Iglesia de “Dominus Flevit”

dominus flevit

Peregrinación cuaresmal en el Dominus Flevit

El calendario de Cuaresma en Tierra Santa es rico e intenso. En la segunda semana del tiempo cuaresmal inician las peregrinaciones a los santuarios de la Pasión y Muerte de Jesús, una tradición de muchos siglos, que ha sido mantenida viva por los franciscanos de Jerusalén, que culminará en la Semana Santa.

 
“En Tierra Santa somos afortunados porque podemos seguir a Jesús, escucharlo en todos los lugares en donde se manifestó y nos amó. Es un itinerario completo, porque la característica de Tierra Santa es definida por esta palabra: hic, aquí. Yo logro ver con mis propios ojos y tocar con mis manos”.

La primera celebración se realiza en el Santuario del Dominus Flevit, que significa “El Señor lloró”. El pequeño santuario situado en el Monte de los Olivos ha acogido a la comunidad local y a los peregrinos para la celebración de la misa, presidida este año por el sacerdote Narciso Klimas que, en su homilía, habló del llanto de Jesús.

 


“Un fuerte llanto con estridor, con lamentos, no era un llanto normal, sino un llanto porque miraba su ciudad. Lloró porque la ciudad no lo reconoció como profeta, por esos sus palabras: Jerusalén, Jerusalén: tú que asesinas a tus profetas, un día, de esta ciudad, no permanecerá piedra sobre piedra”.

La peregrinación cuaresmal, que es sobre todo un camino de meditación y que cada semana tendrá una etapa ante un santuario diverso, comienza desde aquí, desde este lugar desde el cual es posible contemplar el panorama espléndido de una ciudad santa y amada por Dios, pero que continúa llena de contradicciones y sufrimientos.

Aproximadamente dos horas antes de la celebración, desde el otro lado de la ciudad, aconteció el trágico atentado terrorista. Impresiona aún más pensar en el nombre y en el evento al que se refiere este santuario: “Dominus Flevit”, El Señor lloró aquí, en Jerusalén porque ésta “no había comprendido la vía de la paz”.

“Este llanto de Cristo continúa y todavía hoy es muy actual porque la gente sufrirá hasta que no reconozca en Él al verdadero Mesías y es difícil responder cuál es la verdadera causa de estos problemas, que vivimos en estos días, en estos años en Jerusalén, en la ciudad santa, en su ciudad”

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