el Arzobispo sirio-católico de Mosul, Yohanna Petros Mouche, ha deplorado que los cristianos, a pesar de la liberación de la llanura de Nínive, siguen teniendo miedo a volver a sus pueblos: «no está claro» quién garantizará la seguridad en las poblaciones liberadas. El Arzobispo se siente «traicionado» por el Gobierno.
Si bien ISIS está militarmente «acabado» y ha sido expulsado de la región, la ideología de los musulmanes fanáticos continúa existiendo. Por ejemplo, en octubre, dos días después de que el Gobierno central iraquí impuso una prohibición de alcohol en todo el país, un cristiano que había comercializado bebidas alcohólicas en Qaraqosh fue asesinado por musulmanes fanáticos.
Los cristianos han quedado además «atónitos» al encontrarse, en los pueblos cristianos liberados, con aproximadamente el 75% de las casas incendiadas por los habitantes de la propia región. «¿Por qué hicieron eso personas con quienes teníamos buenas relaciones? Nos preguntamos si es un mensaje de que nos quemarían si volvíamos», dice el Arzobispo. «Tenemos miedo de tener que seguir viviendo con esas personas. Esperábamos impacientes la liberación y muchos querían volver inmediatamente, pero primero hay que garantizar la seguridad».
Sin embargo, es «una gran alegría» que ahora, después de la liberación, al menos se dé de nuevo la posibilidad de que los cristianos vuelvan a la llanura de Nínive y que puedan «continuar allí el testimonio de Cristo en el propio país».
Mons. Mouche quiso dar las gracias a todos los benefactores de ACN y les pidió que continuarán prestando su apoyo. «Deseamos hacer un llamamiento a que esas personas sigan mostrándose solidarias con nosotros y que nos apoyen con su oración y su ayuda material para que podamos seguir dando testimonio».