Algunas iglesias de Mosul han sido transformadas en lugares de detención por los yihadistas del Estado Islámico (EI), que dictan la ley en la ciudad nord-iraquí desde el pasado 9 de junio.
En particular, según fuentes locales citadas por el sitio de información www.ankawa.com, indicó la agencia Fides, en los últimos días algunos detenidos vendados y atados abrían sido transferidos a una antigua iglesia caldea de la Inmaculada, en la parte oriental de la ciudad, después de ser detonada la cárcel de Badush.
Fuentes locales además refirieron a la misma Fides que el monasterio de San Jorge, perteneciente a la Orden antoniana de san Ormisda de los caldeos, también ha sido transformado en prisión. Y existe el temor de que en los locales del monasterio las mujeres sufran violencia sexual.
En Mosul, el lunes 24 de noviembre, los milicianos yihadistas del EI habían recurrido a los explosivos para dañar el convento de las hermanas caldeas del Sagrado Corazón, precedentemente ocupado y usado como alojamiento y base logística.
«Los yihadistas del Califato -refiere a la Agencia Fides Rebwar Audish Basa, Procurador de la Orden antoniana de san Ormisda de los Caldeos- han ocupado las iglesias, incluidas las más antiguas. Entre las preocupaciones que nos aquejan, se encuentra el temor de que en una posible ofensiva militar para la liberación de Mosul se consideren las iglesias como objetivos a golpear, ya que se han convertido en bases logísticas de los yihadistas. Y, obviamente, la destrucción de iglesias antiguas sería un daño irreparable y una gran pérdida».