Dijo que hay que aprender a escuchar su voz, tanto en los momentos felices como en los no tan felices.
"¿Cómo me mira Jesús? ¿Cómo me llama? ¿Con un perdón? ¿Con una misión? Pero, ¿por el camino que Él ha hecho? Todos nosotros estamos bajo la mirada de Jesús. Él nos mira siempre con amor. Nos pide algo, nos perdona y nos da una misión. Ahora Jesús viene sobre el altar. Que cada uno de nosotros piense: ‘Señor, Tú estás aquí, entre nosotros. Fija tu mirada sobre mí y dime qué debo hacer; cómo debo llorar mis equivocaciones, mis pecados; cuál es el coraje con el que debo ir adelante por el camino que Tú has recorrido primero”.
Francisco aseguró que la mirada de Jesús es de tres formas: la de la elección, la del arrepentimiento y la de la misión.
(Fuente: Radio Vaticana)
"El Evangelio de Lucas dice: ‘Y Pedro lloró amargamente’. Aquel entusiasmo de seguir a Jesús se convirtió en llanto, porque él ha pecado: él ha renegado a Jesús. Aquella mirada cambia el corazón de Pedro, más que antes. El primer cambio es el cambio de nombre y también de vocación. Esta segunda mirada es una mirada que cambia el corazón y es un cambio de conversión al amor”.
"También nosotros podemos pensar: ¿cuál es hoy la mirada de Jesús sobre mí? ¿Cómo me mira Jesús? ¿Con una llamada? ¿Con un perdón? ¿Con una misión? Pero, por el camino que Él ha hecho, todos nosotros estamos bajo la mirada de Jesús. Él nos mira siempre con amor. Nos pide algo, nos perdona algo y nos da una misión. Ahora Jesús viene sobre el altar. Que cada uno de nosotros piense: ‘Señor, Tú estás aquí, entre nosotros. Fija tu mirada sobre mí y dime qué debo hacer; cómo debo llorar mis equivocaciones, mis pecados; cuál es el coraje con el que debo ir adelante por el camino que tú has recorrido primero”.
"Entristecido porque por tercera vez Él le pregunta: ‘¿Me amas?’. Y él le dice: ‘Pero Señor, Tú sabes todo. Tú sabes que te amo’. Y Jesús responde: ‘Apacienta mis ovejas’. Ésta es la tercera mirada, la mirada de la misión. La primera, la mirada de la elección, con el entusiasmo de seguir a Jesús; la segunda, la mirada del arrepentimiento en el momento de aquel pecado tan grave por haber renegado a Jesús; la tercera mirada es la mirada de la misión: ‘Apacienta mis corderos’; ‘Pastorea mis ovejas’; ‘Apacienta mis ovejas’”.