Entre los asistentes a la Misa de Pascua en la parroquia de Saint Sebastian de Negombo, en Sri Lanka, donde ocurrió la masacre estaban su mujer y su hijo.
PRINGANTHA JAYAKODY
Marido de una víctima
“Mi vecino me dijo que había visto a mi hijo andando. Estaba sangrando, con sangre en toda su ropa. Pero estaba andando. Así que dije ‘Gracias a Dios’, porque pensé que eso significaba que estaban vivos. Y pensé que mi mujer también estaba a salvo. Tal vez herida o algo así. Estuve esperando y esperando...”
Las heridas del hijo fueron leves, aunque le han dejado marcado. En cuanto a su mujer, al principió creyó que podría estar entre los cientos de heridos, dispersos por los hospitales. Tardó días en aceptar su muerte, semanas en contener las lágrimas y solo mes después pudo contar su experiencia y perdonar a los asesinos por una razón.
PRINGANTHA JAYAKODY
Marido de una víctima
“Pese a todo, sigo diciendo que estamos orgullosos de ser católicos. Sin dudarlo. En mi situación, aún puedo decir que estoy orgulloso de ser católico.... Las víctimas dedicaron sus vidas, incluida mi mujer, dedicaron sus vidas a Dios, a nada más”.
El padre Shamir era uno de los concelebrantes el día de la matanza. Estaba exactamente aquí, junto al altar cuando le sorprendieron la explosión y los gritos de dolor de las víctimas.
P. SHAMIR
Parroquia de San Sebastián, Negombo (Sri Lanka)
“Ha sido una experiencia terrible, muy triste. Para nuestro fieles, después de este ataque, la fe de la gente no ha disminuído, sino que ha salido fortalecida. Ahora vemos a la gente acudiendo a grandes encuentros, a los servicios religiosos, la Santa Misa, para recibir la Comunión. Y pienso que se ha producido un aumento del número de los fieles que vienen y participan en los servicios religiosos.”.
Las bombas de los terroristas han destrozado vidas y edificios, pero no han logrado reducir la fe.
Así lo ha comprobado el equipo internacional de Ayuda a la Iglesia que Sufre que ha visitado Sri Lanka para llevarles el apoyo y la solidaridad de toda la Iglesia. Según la fundación la ayuda inmediata ha sido rápida pero ahora es urgente reforzar la comunidad cristiana con proyectos de largo plazo para que logre recuperarse de este duro golpe.