Gänswein sobre Benedicto XVI y Francisco: “La medida de un pontificado no es el éxito externo”

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El secretario privado del Papa emérito y prefecto de la Casa Pontificia con el Papa actual cuenta algunos detalles de una sucesión única en la historia de la Iglesia.

Gänswein habla de la buena relación entre Benedicto XVI y Francisco: “La medida de un pontificado no es el éxito externo”

El secretario privado del Papa emérito y prefecto de la Casa Pontificia con el Papa actual cuenta algunos detalles de una sucesión única en la historia de la Iglesia.

Andrés Beltramo Álvarez. Ciudad del Vaticano, 3 de marzo, 2014. (Vatican Insider)

Benedicto está feliz por la popularidad de su sucesor. Pero “la medida de un pontificado no es el éxito externo”. Así piensa Georg Gänswein, “don Georg” como lo conocen en El Vaticano. En una larga entrevista a la publicación española Palabra en su número de marzo, el colaborador de ambos Papas ofrece claves para comprender una sucesión única en la historia de la Iglesia.

Secretario privado de Joseph Ratzinger antes, durante y después de su pontificado, el arzobispo alemán es actualmente también prefecto de la Casa Pontifica. Desde ese puesto se encarga de organizar algunas audiencias oficiales de Jorge Mario Bergoglio. Una especie de “puente” entre los dos pontífices.

El Papa emérito “está muy contento de que su sucesor tenga ese gran éxito de público. Es bueno para la imagen de la Iglesia y de la fe. Sin embargo, no debemos olvidar que la medida de un Pontificado no es el ‘éxito’ externo, sino lo que es justo ante el Señor. El aprecio por parte de Benedicto XVI hacia su sucesor se basa en un fundamento humano y también teológico”, indicó.

Sobre el intento constante de contraponer a los dos Papas, el clérigo alemán reconoció que ellos tienen personalidades distintas, en los gestos y en los comportamientos, pero eso no quiere decir que se encuentren enfrentados.

Los gestos del papa Francisco son típicamente suyos, mientras que el Papa Benedicto tiene un carácter más bien reservado. Los dos han aportado al ministerio petrino los dones y los talentos que el Señor les ha dado. No obstante la diversidad exterior, hay una clara unidad y continuidad interior, es decir, acerca del magisterio. Y es también un claro signo de aprecio por el trabajo realizado por su predecesor”, aclaró.

Asimismo Gänswein reconoció que, al principio, él mismo no estuvo de acuerdo con la renuncia de Benedicto. Al conocer esa decisión, bajo secreto pontificio, respondió que “no era posible” y “no podía hacerlo”. “Pero enseguida entendí que no me estaba comunicando una posibilidad sobre la que quisiera reflexionar, sino una decisión tomada después de mucha oración, mucha reflexión y también mucha lucha interior”, agregó.

Esa misma perplejidad que él demostró, se vio expresada en las cartas enviadas al Papa emérito en las cuales muchas personas revelaron haber vivido la renuncia como un “shock”, confesaron que no comprendían la decisión y que su fe se había visto sometida a dura prueba. Pero precisó que, después de la conmoción inicial, a un año de distancia se puede comprender mejor el significado de aquel acto “tan valeroso” que no fue fácil aceptar al principio pero que, en realidad, provocó “muchos frutos espirituales”.

El prefecto insistió en que Benedicto no quiso renunciar “para huir” sino “por amor al señor y a la Iglesia”. “Si esto no resulta claro, comienzan a difundirse las especulaciones... Es fundamental entender que la renuncia del Papa Benedicto es un acto de amor, de valentía y de gran humildad”, añadió.

Aunque reconoció también que muchos problemas se acumularon durante el pontificado de Ratzinger, aclaró que varias dificultades fueron amplificadas y magnificadas o directamente creadas por la prensa.

“Que un Pontífice tenga que hacer frente todos los días a problemas pequeños y grandes es una cosa evidente, es una característica de su ministerio petrino, forma parte de sus esfuerzos cotidianos. Esto vale para todos los Papas, no solamente para el Papa Benedicto. Que luego, a veces, los problemas se acumulen y se vuelvan más pesados, depende de muchos motivos y circunstancias”, apuntó.

“Hay que estar atento, sin embargo, para distinguir los problemas verdaderos de los “virtuales”, los que aparecen sólo en los medios de comunicación o incluso son creados por los medios. La realidad “real” y la realidad comunicada no siempre concuerdan. Esto vale también, y sobre todo, para el pontificado de Benedicto XVI”, ponderó.

Vatican Insider

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