El Papa Francisco centró su catequesis de la Audiencia General en la Cuaresma. El Papa dijo ayuda a luchar contra actitudes que "narcotizan el corazón”, y a reaccionar frente a "la miseria, pobreza , violencia o indiferencia de Dios”.
Queridos hermanos y hermanas:
Inicia hoy, el miércoles de Ceniza, el itinerario cuaresmal que nos conduce a la celebración del Triduo Pascual, memorial de nuestra salvación. La Cuaresma es un tiempo "fuerte” de conversión, para vivir con mayor profundidad el bautismo.
En este tiempo somos invitados a tomar mayor conciencia de las maravillas que el Señor realiza por nuestra salvación.
Vivir plenamente el bautismo nos ayudará a no costumbrarnos a las difíciles situaciones de miseria, violencia, pobreza o indiferencia de Dios. Son comportamientos no cristianos, son comportamientos cómodos y narcotizan el corazón.
La cuaresma es un tiempo para recobrar la capacidad de reaccionar ante la realidad del mal; para la renovación personal y comunitaria que nos acerca a Dios; para adherirnos confiadamente a su Evangelio, para mirar con ojos nuevos a los hermanos y a los necesitados; es un tiempo propicio para convertirnos al amor del prójimo; un amor que genera una actitud de gratitud y de misericordia con el Señor, quien "se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza”.
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Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, México, Argentina y otros países latinoamericanos. En este tiempo de Cuaresma, invito a todos a invocar con confianza la ayuda de la Virgen María, para que nos acompañe en estos días de oración intensa y de penitencia, para llegar a celebrar, purificados y renovados en el espíritu, el gran misterio de la Pascua de su Hijo. Muchas gracias.
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