Dijo que antes de juzgar a los demás es importante recordar que uno mismo también es pecador.
"Jesús es claro en el Evangelio:"Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso”. Cuando uno aprende a juzgarse a sí mismo, es misericordioso con los otros: ¿quién soy yo para juzgar si yo soy capaz de hacer cosas peores?”.
Francisco dijo que todos los cristianos son pecadores y les invitó en este tiempo de Cuaresma a pedir misericordia y perdón a Dios.
(Fuente: Radio Vaticana)
"Todos nosotros somos maestros, somos doctores en justificarnos a nosotros mismos: ‘Pero yo no fui, no, no es culpa mía, pero no era tanto, eh…Las cosas no son así’. Todos tenemos un pretexto explicativo de nuestras faltas, de nuestros pecados, y tantas veces somos capaces de hacer esa cara de ‘pero yo no sé’, cara de ‘yo no lo hice, quizás fue otro’: hacerse el inocente. Y así no se va adelante en la vida cristiana”.
"Es el primer paso, acusarse a sí mismo. Sin decirlo ¿no? Yo y mi conciencia. Voy por la calle, paso adelante de la cárcel: ‘Eh, estos se lo merecen’. ¿Pero tú sabes que si no hubiera sido por la gracia de Dios tú estarías ahí? ¿Has pensado que eres capaz de hacer las cosas que ellos hicieron, incluso peor todavía? Esto es acusarse a sí mismo, no esconder a sí mismo las raíces del pecado que están en nosotros, las tantas cosas que somos capaces de hacer, también si no se ven”.
"A ti Señor, nuestro Dios, la misericordia y el perdón. La vergüenza para mí y a ti la misericordia y el perdón. Nos hará bien tener este diálogo con el Señor en esta Cuaresma: la acusación de nosotros mismos. Pidamos misericordia. En el Evangelio Jesús es claro: ‘Sean misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso’. Cuando uno aprende a acusarse a sí mismo es misericordioso con los otros: ¿pero, quién soy yo para juzgarlo, si yo soy capaz de hacer cosas peores?”.