Francisco pide de nuevo a la comunidad internacional que actúe ante la persecución de los cristianos en Iraq. El terror impuesto por los yihadistas del Estado Islámico ha provocado ya 200.000 desplazados. En una carta, el Papa pide que acabe la violencia, tal y como hizo hace unas semanas durante el rezo del Ángelus.
"Nuestros hermanos son perseguidos, son expulsados, deben dejar sus casas sin tener la posibilidad de llevar nada con ellos”.
La diplomacia vaticana también se ha puesto en marcha. Recientemente han remitido a los embajadores acreditados ante la Santa Sede una "nota verbal” para que la hagan llegar a sus gobiernos y así la Comunidad Internacional se interese por la situación.
Precisamente el portavoz del Vaticano, leyó un nuevo llamamiento para que la Comunidad Internacional ponga fin a este "drama humanitario”.
"Que se adopten esfuerzos para proteger a los afectados o amenazados por la violencia y para asegurar la ayuda necesaria, sobre todo, la más urgente a los desplazadas, cuya suerte depende de la solidaridad de los demás”.
Esta semana, los extremistas se han apoderado de la ciudad deQaraqosh, hasta ahora refugio para los cristianos que habían huido. Muchos han dejado todo obligados por elultimátum de los extremistas: o la conversión al islam, o el pago de un impuesto por ser cristianos o la muerte.
El Papa recuerda de nuevo que la violencia no se puede vencer con violencia.
"La violencia se supera con la paz. Recemos en silencio, pidiendo la paz. Todos juntos, en silencio...”
Francisco ha expresado su cercanía a los obispos de la zona y les ha pedido que recen sin descanso por la paz.