Francisco lanza un SOS por las vocaciones -“No olvidar las vocaciones de laicos a la misión"

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“En muchas regiones escasean las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. A menudo esto se debe a que en las comunidades no hay un fervor apostólico contagoioso, por lo que les falta entusiasmo y no despiertan ningún atractivo”, sin embargo, “donde existe alegría, fervor, ganas de llevar a Cristo ante los demás, surgen las verdaderas vocaciones”.

“El gran riesgo del mundo actual con su múltiple oferta de consumo, es una tristeza individualista”

Mensaje del Papa con motivo de la Jornada MisioneraMundial

“En muchas regiones escasean las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. A menudo esto se debe a que en las comunidades no hay un fervor apostólico contagoioso, por lo que les falta entusiasmo y no despiertan ningún atractivo”, sin embargo, “donde existe alegría, fervor, ganas de llevar a Cristo ante los demás, surgen las verdaderas vocaciones”.

Lo escribe el Papa en el Mensaje con motivo de la Jornada Misionera Mundial, que se celebrará el 19 de octubre, y que acaba de ser publicado por el Vaticano. Entre las “verdaderas vocaciones”, Papa Bergoglio invita a “no olvidar las vocaciones laicales a la misión: se ha tomado conciencia de la identidad y de la misión de los fieles laicos en la Iglesia, así como del papel cada vez más importante que ellos están llamados a desempeñar en la difusión del Evangelio. Por este motivo –remarca el Pontífice-- es importante proporcionarles una formación adecuada de cara a una eficaz acción apostólica”.

El mensaje repite la idea de “salir de la Iglesia” tan apreciada por el Papa latinoamericano y delineada por él también como exhortación apostólica 'Evangelii Gaudium', texto citado varias veces en el mismo mensaje.

El Papa Francisco insiste en el tema de la “alegría”, de la “exultación interior”, como temas centrales en la vida cristiana y fuente de la misión: “No nos dejemos robar la alegría de la evangelización”. “Os invito –escribe el Pontífice a los obispos, sacerdotes y laicos-- a introducirse en la alegría del Evangelio, a alimentar un amor en grado de iluminar vuestra vocación y misión”. Según Bergoglio, “el gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada”.

En su Mensaje, Francisco subraya que por el contrario “el discípulo del Señor perservera en la alegría cuando está con Él, cuando hace su voluntad, cuando comparte la fe, la esperenza y la caridad evangélica”.

“La alegría del Evangelio nace del encuentro con Cristo y del compartir con los pobres”, asegura el Papa que anima a “las comunidades parroquiales, las asociaciones y los grupos a vivir una intensa vida fraterna, basada en el amor a Jesús y atenta a las necesidades de los más desfavorecidos”. “La Iglesia –recuerda-- es por su naturaleza misionaria: la Iglesia ha nacido para 'salir'”.

Y hoy, recuerda el Pontífice, “la humanidad necesita tomar la salvación traída por Cristo”. “todos los discípulos del Señor –afirma Papa Bergoglio-- están llamados a alimentar la alegría de la evangelización”. En especial, “los obispos, como primeros responsables del anuncio, tienen el deber de favorecer la unidad de la Iglesia local en el trabajo misionario, teniendo en cuenta que la alegría de comunicar Jesucristo se exprime tanto en la  preocupación de anunciarlo en los lugares más lejanos, como en una constante salida de las iglesias hacia las periferias del propio territorio, donde espera la gente más pobre”.

“Los discípulos –resume finalmente el Pontífice-- son aquellos que se dejan aferrar cada vez más al amor de Jesús y marcan con fuego la pasión por el Reino de Dios, por ser portadores de la alegría del Evangelio”.

“Os exhorto --concluye-- a recordar, como en una peregrinación interior, el “primer amor” con el que el Señor Jesucristo ha encendido los corazones de cada uno, no por un sentimiento de nostalgia, sino para perseverar en la alegría. A María, modelo de evangelización humilde y alegre, dirijamos nuestro rezo, para que la Iglesia sea el hogar de muchos, una madre para todos los pueblos y haga posible el nacimiento de un nuevo mundo”.

http://vaticaninsider.lastampa.it

 

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