Durante la audiencia general el Papa explicó el significado de la Semana Santa.
Dijo que Judas vendió a Jesús como si fuese un objeto que se encuentra en un mercado pero que él aceptó el camino de la Cruz con libertad. Explicó que la Resurrección es la prueba de que Dios interviene en el momento más oscuro, que no es el happy end de una película.
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Queridos hermanos y hermanas:
La liturgia nos presenta el triste hecho de la traición de Judas. Judas va a las autoridades y les dice simplemente: '¿Cuánto me van a dar si yo lo entrego? 30 monedas'. Y Jesús tiene precio. Como cualquier mercadería en un mercado. Y Jesús acepta esa humillación hasta la muerte de Cruz.
En su sufrimiento y en su muerte podemos ver el dolor de la humanidad. El dolor por nuestros pecados y la respuesta de Dios a ese misterio del poder del mal. Dios toma sobre sí el mal del mundo para vencerlo. Su Pasión no ocurre por error. Es la manera de mostrarnos su amor infinito. En esa Pasión de Jesús contemplamos su grandeza y su amor.
En esta Semana Santa nos hará bien a todos mirar el crucifijo, besar las llagas de Jesús y decirle 'gracias'. Porque eso lo hizo por cada uno de nosotros. Pero Dios siempre interviene en el momento en que quizás uno no lo espero. Y Jesús resucita. La Resurrección de Jesús no es el final feliz de un cuento de hadas. No es el 'happy end' de una película sino la prueba de que Dios actúa en el momento más difícil, oscuro, la noche siempre es muy oscura un poco antes de que empiece a amanecer. No bajemos de la cruz antes de tiempo y no olvidemos esta semana de besar muchas veces el crucifijo”.