"Es cristiano, sí, va a Misa los domingos, sí, pero en su vida no se ve esta identidad. Incluso vive como un pagano: puede vivir como un pagano, pero es cristiano. Ser tibio. Hacer opaca nuestra identidad. Y el otro pecado, del que Jesús hablaba a sus discípulos y que hemos escuchado: "Tened cuidado con la levadura de los fariseos, que es la hipocresía”. Fingir. Yo finjo ser cristiano, pero no lo soy. No soy transparente. Digo una cosa, "Sí, sí, soy cristiano”, pero hago otra que no es cristiana”.
Francisco concluyó su homilía diciendo que los cristianos deben proteger su identidad, porque es un adelanto del Cielo.
(Fuente: Radio Vaticana)
"Nuestra identidad es precisamente este sello, esta fuerza del Espíritu Santo, que todos nosotros hemos recibido en el Bautismo. Y el Espíritu Santo ha sellado nuestro corazón y, además, camina con nosotros. Este Espíritu, que había sido prometido – Jesús lo había prometido – esto Espíritu no sólo nos da la identidad, sino que también es anticipo de nuestra herencia. Con Él el Cielo comienza. Nosotros estamos viviendo precisamente este Cielo, esta eternidad, porque hemos sido sellados por el Espíritu Santo, que precisamente es el inicio del Cielo: era el anticipo; lo tenemos en nuestras manos. Nosotros tenemos el Cielo en nuestras manos con este sello”.
"Es el cristiano tibio. Es cristiano, sí. Va a Misa el domingo, sí. Pero en su vida la identidad no se ve. También vive como un pagano: puede vivir como un pagano, pero es cristiano. Ser tibios. Volver opaca nuestra identidad. Y el otro pecado, aquel del que Jesús hablaba a sus discípulos y hemos oído: ‘Estén atentos a la levadura de los fariseos, que es la hipocresía’. ‘Hacer de cuenta que’: yo hago de cuenta que soy cristiano, pero no lo soy. No soy transparente, digo una cosa – ‘sí, sí, soy cristiano’ – pero hago otra que no es cristiana”.
"Amor, alegría, paz, magnanimidad, benevolencia, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí. Y éste es nuestro camino hacia el Cielo, es nuestro camino, que hace que comience el Cielo desde acá. Porque tenemos esta identidad cristiana, hemos sido sellados por el Espíritu Santo. Pidamos al Señor la gracia de estar atentos a este sello, a nuestra identidad cristiana, que no sólo es promesa, no, ya la tenemos en nuestras manos como anticipo”.
Fuente: Rome Reports