A pesar del frío en Roma, miles de peregrinos llenaron la plaza de San Pedro para acompañar al Papa en el rezo del Ángelus.
Era la fiesta del Bautismo del Señor y Francisco recordó que este hecho marca el comienzo de un tiempo de misericordia "porque el pecado había cerrado los Cielos”.
"Compartir es el verdadero modo de amar. Jesús no se separa de nosotros, nos considera hermanos y comparte con nosotros. Y así nos hace hijos, junto con él de Dios Padre. Ésta es la revelación y la fuente del verdadero amor, y este es elgran tiempo de la misericordia.”
Después de haber bautizado a 32 niños en la Capilla Sixtina, el Papa afirmó que "cada niño bautizado es un prodigio de la fe y una fiesta para la familia de Dios” y envió un recuerdo especial a los padres que bautizan a sus hijos.
"Rezo para que el Bautizo de los niños, ayude a sus padres a redescubrir la belleza de la fe y a volver de modo nuevo a los Sacramentos y a la comunidad”.
Por último, el Papa señaló que en estos tiempos es necesario un suplemento de comunión fraterna y amor, de caridad que comparte.