El Papa se reunió con miles de párrocos y catequistas de Roma y les advirtió de las consecuencias de un ritmo de vida frenético en la familia.
"Cuando confieso a jóvenes matrimonios y me hablan de sus hijos siempre hago una pregunta: '¿Y tú tienes tiempo para jugar con tus hijos?'. Y muchas veces el padre me dice: 'Pero padre, yo cuando voy a trabajar por la mañana ellos duermen y cuando vuelvo por la noche están en la cama durmiendo'. Esto no es vida".
Francisco dijo que esta situación la pagan los padres y también los hijos, porque en la práctica se quedan huérfanos.
"Esta es la sociedad de los huérfanos. Pensemos en esto ¿eh? Es importante. Papá está cansado, mamá está cansada, se van a dormir... Y ellos se quedan huérfanos".
El Papa invitó a recuperar el sentido de la gratuidad. Porque si los hijos no perciben el amor desinteresado de sus padres, educadores y párrocos, se sentirán solos.
"Esa gratuidad del papá o la mamá que saben perder el tiempo para jugar con los hijos. Necesitamos el sentido de la gratuidad en las familias, en las parroquias, en la sociedad".
Como remedio, propuso recuperar el concepto de Iglesia abierta, acogedora y madre, que revitalizará la vida en las parroquias.
Porque la Iglesia, dijo Francisco recordando unas palabras de Benedicto XVI, no crece por proselitismo sino por atracción.
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