Entrevista con el Secretario general de la ONU sobre la visita de Papa Francisco a la sede de Nueva York. «Agradezco al Papa por su encíclica». Y sobre la persecución de los cristianos en el Medio Oriente: «es completamente inaceptable perseguir a las personas debido a quién aman o en qué creen».
La crisis en Siria «no tiene una solución militar», y los líderes europeos «deberían abrir las fronteras de sus países para acoger don dignidad a los refugiados». El acuerdo nuclear con Irán «es riguroso, y puede ayudar a la paz y a la seguridad en el Medio Oriente y más allá», mientras las «negociaciones sobre el cambio climático, en vista de la Conferencia de París, proceden demasiado lentamente».
Sin algunas de las urgentes preocupaciones que expresa el Secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en esta entrevista, realizada en colaboración con la Radio Vaticana, sobre la visita de Papa Francisco a la sede de Nueva York.El 25 de septiembre el Santo Padre hablará ante la Asamblea general: ¿cuáles son sus expectativas?Vemos con gran excitación esta visita. Papa Francisco es un hombre de gran humildad y humanidad; una fuerte voz moral, que necesitamos escuchar en este mundo lleno de conflictos, abusos de derechos humanos, fenómenos como las migraciones, y problemas como el cambio climático y la pobreza.
Agradezco al Santo Padre por su liderazgo compasivo por la paz».Hay actualmente una dramática crisis por las migraciones. Usted, en los últimos días, ha hablado con muchos líderes europeos: ¿cree que deberían hacer más por los refugiados?Elogio el liderazgo yla solidaridad demostrada por los europeos, pero, al mismo tiempo, considerando la gravedad y la escala de la crisis, espero que hagan más para proteger a quienes huyen de la guerra. Hay que recordar que en el pasado también los pueblos europeos se beneficiaron de las migraciones, en búsqueda de libertad y mejores oportunidades.
Ahora que se han convertido en la economía más grande y rica del mundo, esperemos que demuestren su solidaridad global y un liderazgo compasivo.Muchos refugiados provienen de Siria, en donde ahora están operando en el terreno algunos consejeros militares rusos. ¿No teme el peligro de que empeore la situación militar?En Siria no existe una solución militar. Están combatiendo desde hace cuatro años y medio, han muerto más de 250.000 personas, hay 4 millones de refugiados y 12 millones de seres humanos afectados por los efectos de la guerra. Solicito una solución mediante el diálogo político, con base en el comunicado de Ginebra de junio de 2012, y la unidad de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad.
Con mi enviado Staffan de Mistura, hemos propuesto la creación de grupos de trabajo para la seguridad, la situación militar, la reconciliación, el desarrollo, las infraestructuras, las cuestiones políticas y constitucionales. Es un intento por entender el espacio político, para resolver la crisis con el instrumento del diálogo. En este contexto, los cristianos a menudo son víctima de violencia, en el Medio Oriente y en otras partes. ¿La ONU puede ayudar a detener la persecución?No pueden existir discriminaciones contra nadie, con base en criterios religiosos o étnicos.
Es completamente inaceptable perseguir a las personas debido a quién aman o en qué creen. Esto me lleva también al problema de los migrantes y de los refugiados, que deben ser tratados humanamente, responsable, con base en las Convenciones para los refugiados, las leyes humanitarias y las leyes internacionales de derechoshumanos. Por ello, solicito que los líderes europeos abran las fronteras y den la asistencia humanitaria necesaria para salvar estas vidas, demostrando compasión.¿Qué opina sobre el acuerdo nuclear con Irán?Es un desarrollo positivo.
Conozco ciertas preocupaciones y críticas, pero como Secretario general de la ONU, y, con base en mi experiencia personal como negociador con Corea del Norte, puedo decir que este acuerdo es mucho mejor, está bien estructurado y es riguroso. Evitará que Irán construya armas atómicas a largo plazo. Por ello, espero que sea ratificado por todas las partes, porque ayudará a la paz y a la seguridad en el Medio Oriente y más allá. La ONU está lista para ayudar a su aplicación, con el monitoreo y las verificaciones de la Aiea.
La reciente encíclica «Laudato si’» se concentra en el cuidado de nuestra casa común, la Tierra. A finales de este año se llevará a cabo en París la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, pero el lunes pasado, el presidente francés Hollande advirtió que las negociaciones corren el peligro de fracasar, sobre todo si no se resuelve la cuestión del financiamiento para los países en vías de desarrollo. ¿Qué falta para llegar a un acuerdo?Agradezco al Papa por su encíclica. En nuestros anteriores encuentros, me dijo que se habría comprometido a trabajar con la ONU para contrarrestar el cambio climático.
Declaró que sería moralmente no defendible si no redujéramos las emisiones de gas: esta es la única Tierra que tenemos, y debemos garantizar que las generaciones futuras tengan el derecho de gozar de ella en armonía con la naturaleza. En cuanto a las negociaciones de París, estoy preocupado, porque avanzan demasiado lentamente.
Sobre el tema del financiamiento a los países en vías de desarrollo, estoy trabajando mucho con el presidente Hollande, la canciller Merkel, el presidente peruano Humala, los líderes del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional y de la Oecd, para construir un marco político creíble con el objetivo de movilizar cien mil millones de dólares antes de 2020, y después cien mil millones cada año, para ayudar a los países en vías de desarrollo y a las islas pequeñas.
Estos estados no tienen ninguna responsabilidad histórica por el cambio climático, y no tienen tampoco las capacidades para afrontarlo. Esperamos movilizar los recursos para apoyarlos financiera y tecnológicamente, con el fin de alcanzar un acuerdo universal en París.La próxima Asamblea General también adoptará los nuevos objetivos para el desarrollo sostenible.
¿Cuáles son las claves para afrontar el problema de la pobreza y de la desigualdad económica, y para lograr que la economía esté al servicio de los pueblos, como dijo Papa Francisco durante su reciente viaje a Bolivia?La nueva Agenda para el desarrollo sostenible incluye 17 objetivos muy visionarios y transformadores. Incluyen todos los aspectos de la vida sobre el planeta Tierra, en sus dimensiones social, económica y ambiental. Si se aplican, antes de 2030 podríamos acabar con la pobreza, proteger la biodiversidad, tener ciudades sostenibles, ofrecer asistencia humanitaria, higiene y sanidad a todos. Espero que los países miembros los haga obligatorios, para construir, finalmente, un mundo en el que nadie quede atrás.