Subrayó el peligro de no comprender la verdadera misión de Jesús. Señaló que algunos cristianos se dejan llevar por la mundanidad y dan un enfoque material a la Palabra de Dios.
"Y esta es una tentación diaria de los cristianos, nuestra, de todos los que pertenecemos a la Iglesia: la tentación no del poder, del poder del Espíritu, sino la tentación del poder mundano. Así se cae en ese sopor religioso al que lleva la mundanidad, ese sopor que termina, cuando crece, crece y crece en esa actitud que Jesús llama hipocresía”.
Francisco recordó el testimonio de los mártires. Recomendó imitarles porque su ejemplo ayuda a no caer en la "tentación de transformar la fe en poder”.